3.15.2011

LAS CREENCIAS DETERMINAN TU SER


La Fe mueve montañas


Cuéntame tus Creencias y te diré quien eres. Tu Sistema de Creencias condiciona tu forma de ver y entender la vida, todo aquello en lo que crees constituye una especie de mapa mental que marca las fronteras y los límites de tu mundo. Si de verdad lo Crees, lo Creas. Gracias a los mecanismos de abstracción y generalización tus creencias se instalan como un conjunto de archivos y meta-programas en tu cerebro desde temprana edad y se resisten a ser desalojados del mismo. Tu mente reacciona ante los estímulos comparándolos y contrastándolos con su inmensa librería de tal forma que rechaza todo aquellos que no le interesa y no le conviene, todo aquello que le produce en insatisfacción y en último término dolor. Hasta tal punto es así que no es capaz de distinguir aquello para lo que previamente no tiene registro y que mediante fenómenos conocidos como la disonancia cognitiva rechazamos todo aquello que no es congruente con nuestro sistema de creencias distorsionando y filtrando nuestra percepciones de la realidad para hacerla consecuente y congruente con nuestras creencias.

Llegado a este punto es fácil comprender que todo aquello en lo que creemos determina la forma en la que vemos el mundo, determinando nuestra conducta y como nos relacionamos con el exterior. Otra de las características de las creencias y que constituye su verdadero poder es que no nos las cuestionamos, las damos por ciertas. Aunque son claramente juicios operan muchas veces desde nuestro subconsciente como hechos o afirmaciones describiendo nuestra realidad. Ello hace que ante unos mismos hechos personas diferentes los perciban de forma distinta, interpretándolos en base a su experiencia y sistema de creencias , actuando como un filtro y recreando su propia realidad.

Todo este conjunto de creencias, imágenes y sensaciones constituyen un completo y complejo modelo mental mediante el cual accedemos al Mundo por medio de la construcción mental que hacemos de la realidad que nos rodea, y para ello nos servimos, además claro está, de nuestra biología, de nuestra experiencia vivida e incorporada, del contexto sociocultural en el que estamos inmensos y de nuestro pensamiento y lenguaje.

Lo anterior no tendría nada de extraño ni de malo, sino fuera porque muchas de nuestras creencias nos impiden o dificultan para conseguir nuestros objetivos o metas, son las conocidas como creencias limitantes. Lo que en un momento de la vida, normalmente en nuestra infancia producto de nuestros primeros estímulos, temprana educación, conductas aprendidas de nuestros padres, cuidadores, TV…, se instaló en nuestra mente no tiene porque ser ni universalmente válido ni temporalmente vigente para hacer frente a los retos de un mundo en continuo cambio.

Las creencias pueden referirse a causas o a significados, pueden reflejar credos religiosos o verdades científicas pero las que realmente nos ocupan son las que se refieren a identidades y orígenes. Son aquellas que hablan acerca de nosotros mismos y sobre los demás. Yo soy así…….

Las creencias operan y están presentes en todos los ámbitos de la vida, desde el acerbo popular, cuyo máximo exponente sería los refranes (Pobre pero hornado, la letra con sangre entra, mejor malo conocido que bueno po conocer…) hasta las creencias personales que definen nuestro mundo y nuestros principios y valores determinando como nos relacionamos con él y marcando nuestros propios límites y fronteras. (El valor de cada uno depende de los logros, lo que no se consigue como esfuerzo no tiene valor, el dinero lo tiñe todo, meor evitar los problemas que afrontarlos, expresar tus sentimientos es un signo de debilidad, la única recompensa es el dinero, todo se escapa al mi control, los demás son la causa de mis males….)

Y dentro de estas creencias identitarias están las referidas a la propia capacidad o mérito de las personas, con expresiones tales como No puedo, no valgo o no me lo merezco.

Si anteriormente hemos mencionado la resistencia que muestran las creencias para abandonarnos, no tenemos creencias son ellas las que nos tienen a nosotros, la buena noticia es que podemos deshacernos de ellas, incluso si fuera preciso engañando a nuestra mente, cosa por otro lado bastante fácil de hacer ya que nuestro cerebro no distingue entre experiencias reales e imaginarias, pero ello nos va a exigir disciplina, perseverancia y lo que es más importante un ejercicio interno de decisión para tomar las riendas de tu propia vida.

El primer paso será asumir nuestra responsabilidad, abrirnos a la posibilidad de cambio para modificar nuestro mundo, luego habrá que sacar a flote nuestras creencias, subirlas a la superficie e identificarlas. Hacer una lista detallada de nuestras principales creencias e identificar aquellas que consideremos que nos hacen daño, nos frenan y por ende son limitantes. A continuación debemos desafiarlas, cuestionarlas, por último si fuera preciso negarlas y sustituirlas por otras. Para ello nos serviremos de la siguiente preguntas ¿Esto que pienso o creo me impide conseguir mis metas..?¿Es así? ¿Es cierto? ¿Cuándo? ¿En que ámbito? ¿Siempre? ¿En comparación con qué? ¿Para que me sirve pensar así…?.¿Podría ser de otra manera..?

Una vez que las hemos puesto a prueba, tenemos que proceder a sustituirlas por otras creando nuevas neuroconexiones para instalar en nuestro subconsciente la nuevas creencias que nos permitan cambiar el observador que somos y ver la realidad de otra manera, relacionándonos con ella de forma y manera que nos habiliten para conseguir nuestros propósitos y metas.

Una vez identificadas y cuestionadas las creencias limitantes procederemos a cambiar nuestros pensamientos, reprogramar nuestra mente, y sustituirlas por otras positivas de manera que aumenten nuestro potencial, procediendo a repetirlas, visualizarlas como si ya se hubieran cumplido y ponerlas en práctica adoptando nuevas acciones.

Se trataría de enviar al cerebro de forma constante y repetitiva mensaje positivos y coherentes que reflejen la certeza de la nueva creencia. Esos mensajes deben de llegar desde los distintos dominios del lenguaje, emoción y corporalidad para que sean congruentes y se refuercen entre si.

Las nuevas creencias actuarán como mandatos u órdenes que dirán a nuestro sistema neuronal que es cierto aquello en lo que creemos. Pasaremos del No puedo, no soy capaz… al Yo soy capaz, yo puedo

El éxito vendrá dado al liberar a nuestra mente de pensamiento tóxicos que nos invaden continuamente sustituyéndolos por otros que nos llenen de energía positiva.

Tanto si crees que puedes hacer una cosa, como si crees que no puedes hacerla estás en lo cierto….. (Henry Ford). ¡Tu decides!

No hay comentarios: