10.24.2011

DESCONECTADO



Siempre nos estamos preparando para vivir, pero no vivimos nunca (Ralph Waldo  Emmerson)

Vivimos inmersos en una suerte de  vorágine, en la que nuestras ocupaciones profesionales nos absorben de tal manera que nos resulta harto difícil librarnos de ellas, convirtiéndose en una especie de obsesión o trastorno compulsivo, en su grado mas extremo, que nos acompaña y persigue a todas horas.


Es tal la entrega o estado de exigencia al que muchas personas se ven sometidas en su trabajo diario, que les resulta casi imposible desconectar del mismo, sin sentir una especie de culpa o sufrir de ansiedad por pensar que están desatendiendo dolosamente sus responsabilidades. 

Es nuestro afán por tener todo bajo control, ser competitivos, por sobresalir o en caso contrario por dar la talla necesaria, el que nos lleva a alterar nuestro equilibrio personal relegando al ostracismo nuestras relaciones afectivas o de pareja y descuidando nuestra salud..

Para colmo las nuevas tecnologías, que tanto han hecho por mejorar nuestra vida y condiciones laborales, en éste capítulo se han convertido en una herramienta para mantenernos apresados a nuestro puesto de trabajo. Nuestra jornada laboral se alarga y dispersa sin remisión por obra y gracia de nuestros móviles, blackberrys, iphones o tabletas.

Cierto que hemos ganado en conectividad, en información, pero también que cada día nos sentimos apresados y apremiados por la necesidad de estar presentes en todo momento y lugar, gracias a estos pequeños dispositivos que se han convertido en muy poco tiempo en un apéndice mas de nuestro Ser

Ya no hay horarios para nosotros, como tampoco para nuestros Jefes, quienes se sienten autorizados para llamarte y movilizarte a cualquier hora del día, recordándote ese tarea que tienes entre manos, solicitándote, muchas veces de forma perentoria e intempestiva esa información super urgente, de la cual muchas veces, por estar ausente de tu puesto de trabajo, careces de la accesibilidad a los datos que se te solicitan.

Pero no le echemos toda la culpa a nuestro Jefe, ese del cual sentimos envidia, cuando nos llama y reclama nuestra atención , mientras el está ausente, jugando una partida de gol con los amigos (haciendo negocio según el), en el gimnasio o de sobremesa en un restaurante. Somos nosotros los primeros responsables de no saber poner freno. Hemos caído en la adicción y no podemos pasar mucho lapso de tiempo, sin revisar y contestar correos, mensajes de voz, escribiendo notas en nuestro portátil o tableta preferida. etc..

Curiosamente una de los inconvenientes que se presentan en aquellas experiencias de flexibilidad laboral y teletrabajo, es la dificultad de distribuir la jornada y acotar, de forma regular un espacio de tiempo para dedicación exclusiva al trabajo, precisando ,los trabajadores que se embarcan en esta nueva forma de trabajo, de Programas de educación y entrenamiento, si no quieren sufrir indeseadas consecuencias por no saber generar la necesaria separación espacio temporal entre su vida personal, familiar y la estrictamente profesional.

Precisamos desconectar y relajarnos para recargar baterías y recuperar esa fuente de energía tan necesaria para afrontar los retos y responsabilidades que tenemos asignadas. No podemos estar todo el tiempo enchufados a nuestro trabajo, es preciso poner distancia y relativizar nuestros problemas laborales, para no llevarlos continuamente con nosotros, como una losa que nos va mermando física e intelectualmente. Tenemos que ser capaces y aprender a poner barreras y cortafuegos. Nuestro cuerpo, amigos y familia a buen nos lo agradecerán. Evítales ese sufrimiento innecesario y ahórrales tu aislamiento, irritabilidad, angustia e impaciencia.

De ahí la importancia de ser consciente de lo que nos está sucediendo con nuestra adicción, en éste caso al trabajo, y ser disciplinado, tener unos hobbies o actividades que nos gustan, distintas a las realizadas de forma habitual. Si nuestro trabajo es sedentario, hacer ejercicio, pasear o practicar algún deporte puede ser una adecuada forma de desconectar y vaciarnos de nuestras preocupaciones.

Dedicar unos momentos al día finalizada la jornada laboral a la meditación o relajación es un remedio eficaz para vaciar nuestra mente y alejar las preocupaciones que nos invaden. Darse una ducha o baño caliente, escuchar música y desenchufar todos los esos aparitos que te conectan con tu trabajo , antes de acostarse te permitirá conciliar mejor el sueño para disfrutar de un merecido y reparador descanso.

Quedar con los amigos, disfrutar de la familia, compartir con nuestra pareja o hijos algunos momentos al día, mas allá de compartir el sillón mientras vemos la televisión o nos dedicamos a la lectura, es un buen modo de hacer mas placentera nuestra vida y escapar de la rutina diaria.

Debemos sustituir nuestras preocupaciones por una actitud proactiva de ocuparnos, a su debido tiempo y momento, de nuestros problemas y responsabilidades. De lo contrario estaremos sumidos en una espiral estéril e improductiva, una especie de pensamiento circular, que irá minando nuestra voluntad y capacidad de resolución. Desterrar nuestro afán perfeccionista y los pensamientos negativos que ponen el foco en que algo no está bien o va a fallar, demandando una atención extra nuestra, es una forma saludable de no caer en la trampa de la adicción al trabajo.

Pero de poco sirve, por otro lado, tratar de luchar contra ese pensamiento que nos asalta una y otra vez, y que nos dice cosas tales como, deberías de ocuparte de esto o ponte a hacer esto otro en lugar de….., tendrías que sacar un tiempo para,….

La fórmula eficaz de disolver estos pensamientos es , en primer lugar aceptarlos y a continuación tomando perspectiva, relativizarlos y observarlos como si fuéramos unos espectadores privilegiados de lo que nos está sucediendo, para finalmente tras nuestra observación y reflexión, alejar estos pensamientos de nuestra mente. Es bien conocido el comentario del profesor Lakoff cuando inútilmente indicaba a sus alumnos que no pensaran en un elefante, sin conseguirlo.

Si tu problema para desconectar es que estas sobrecargado y desbordado de trabajo, tendrás que hacer un esfuerzo por organizar y priorizar tu Agenda. Aprender a delegar ,a decir que no, a discernir entre lo urgente e importante, serán cuestiones claves que deberías llevar a cabo para no terminar llevando a casa trabajo y preocupaciones.

Recuerda  ¡ sólo tienes una vida para vivirla !y el refrán que dice que por mucho que corra el río siempre va a morir al mar.

10.19.2011

SENTIRME BIEN




Sólo existen dos días del año en los que nada puede ser hecho. Uno se llama ayer y el otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer, y principalmente, vivir. Dalai Lama



Que fácil de decir y muchas veces que difícil de conseguir algo aparentemente tan simple como es sentirme bien, tanto en el plano físico, de nuestro cuerpo, de nuestra salud, de nuestras sensaciones, como el mas intrapersonal o espiritual que consiste en sentirse bien con un mismo. Aceptarse, reconciliarse con uno mismo y quererse tal como uno es.


Desde nuestra tierna infancia nos van educando para liberarnos e independizaros, en eso consiste en gran medida la socialización, de nuestro ego, ese con el que nacemos y que tan necesario fue, es y será para nuestra supervivencia. Enseñanzas que han puesto el foco en un mundo externo a nosotros, ese donde tenemos que relacionarnos y sobrevivir, conducentes a posponer nuestra satisfacción mas o menos inmediata por un bien superior reprimiendo nuestros impulsos mas primarios.


Por otra parte la educación judeo cristiana de la que somos en gran medida deudos y rehenes nos ha inculcado en nuestra conciencia intima la idea del pecado original, por el cual todos somos en origen culpables y por lo tanto debemos de redimirnos a los ojos del Dios Supremo mediante el virtuosismo, la renuncia y el sacrificio. Ello es así de manera que los placeres de la vida se estigmatizan asociándose al concepto de pecado y todo aquello que no se obtiene por el esfuerzo y el sacrificio no es digno ni valioso. Su postulado es esta vida terrenal es un valle de lágrimas y la recompensa la obtendremos en la vida eterna


Todo ello, unido a la época histórica que nos ha tocado vivir, en la que el Capitalismo liberal imperante proclama la selección natural en base a las reglas de la competencia y el mercado, y nuestro auténtico valor, viene medido y resulta de nuestra competitividad, hace que sea complicado disfrutar de un estado de ánimo propio de bienestar y equilibrio personal.


Tan es así que sentimos que somos lo que tenemos y somos capaces de tener, nuestra confianza y autoestima se ve continuamente amenazada por el temor a perder lo que tenemos o no conseguir lo que deseamos, o lo que es peor, lo que otros desean para nosotros y de paso ,de forma manipuladora, les sirva de beneficio a ellos. En definitiva hemos entregado nuestro poder y soberanía personal a los demás, viviendo en un estado de dependencia exterior inquietante.


Es urgente que recuperemos de nuevo ese poder paran nosotros, que no seamos esclavos emocionales de todo lo externo a nuestro Ser. Tenemos que pasar de vernos como victimas a convertirnos en verdaderos protagonistas de nuestra vida. Pongámonos por delante sin sentirnos culpables por ello. No nos veamos como fracasados si no conseguimos lo que se espera, muchas veces de forma maniquea, de nosotros. Escapemos de los chantaje emocionales a los que habitualmente nos someten nuestros jefes, amigos y familiares y aprendamos a guiarnos con asertividad precisa para tener un verdadero autocontrol de nuestra propia existencia. No nos sintamos mal por todo y todos


Aprendamos a conocernos, a tomar conciencia y perspectiva de nosotros mismos, a observarnos, contemplarnos y por último aceptarnos tal como somos. Dediquemos un breve momento diario sólo para nosotros mismos, un espacio en el que reflexionemos sobre nuestra vida y las cosas que nos suceden, en el que escuchemos nuestras necesidades y nos pongamos a analizar nuestros sentimientos e identificar nuestras emociones. ¿Qué siento? ¿Para que siento lo que estoy sintiendo? ¿Cuál es el estado emocional en el que vivo?¿Que me falta?¿Que voces interiores no estoy escuchando?¿Que aprecio de verdad en la vida? ¿Mis compromisos responden a mis valores?¿Qué cosas estoy desatendiendo? ¿Qué necesito?


Recuperar el poder y el control de nuestra vida emocional pasa por conocerse y aceptarse, de forma serena y positiva, aprender a convivir con nuestras fortalezas y debilidades y a partir de ellas empezar a reconstruir nuestra vida.


Para sentirme bien, debemos de atraer y apoyarnos en todos aquellos pensamientos positivos que nos habilitan para ser mejores y desterrar aquellos que nos alejan de nuestras metas. Es aprender a valorarnos, a quedarnos con lo bueno, con la botella medio llena en lugar de la botella medio vacía, es poner el acento en los logros, en los que tenemos y no en nuestras carencias, es disfrutar de las muchas cosas buenas y maravillosas que pasan en nuestras vidas, aprender a reconocerlas y llenarnos de gratitud por ello. ¡ Yo decido con qué pensamientos me quiero quedar¡


Sentirme bien pasa por cuidar de mi mismo, tratarme como me gustaría que me trataran a mi y permitirme de vez en cuando darme un gustazo una pequeña satisfacción. De eso las mujeres saben mucho mas que los hombres, arreglándose y poniéndose guapas, comprándose un trapito, etc…son pequeñas satisfacciones y cosas tales como comprarnos  un CD y escuchar nuestra música favorita, ir a cenar a un restaurante especial, darnos un paseo por el campo, ir a ver un concierto, salir del trabajo antes para ir al gimnasio, tomarnos un día libre, recibir un masaje, hacernos un regalo, … hacen que uno se sienta mejor y que cada día sea algo especial. ¡No te culpes por ello…te lo mereces.!


Tampoco nos podemos sentir bien, cuando no vivimos la vida de manera auténtica, cuando somos una especie de fraude, frente a nosotros y los demás, cuando no escuchamos nuestra voz interior y nos comportamos distantes y alejados de nuestras convicciones y emociones. Incurrimos entonces en una disociación que nos genera estrés e insatisfacción.


Del mismo modo no nos podemos sentir bien cuando descuidamos nuestra vida, ésta se vuelve desordenada y desatendemos a nuestra salud. Cuidar nuestra alimentación y peso, dormir bien y hacer ejercicio de forma regular son prácticas que incorporadas a nuestra rutina diaria nos cuidaran de nuestro cuerpo y nos harán sentirnos mucho mejor.


Sentirme bien lo provoca cuando uno actúa de forma ética y honesta de acuerdo a sus valores y principios, sentirme es bien es la satisfacción por haberme esforzado y dado lo mejor de mi mismo, no importando el resultado salvo para orientarte y continuar en la senda del aprendizaje.


Lo verdaderamente relevante es que a medio plazo, sólo si nos sentimos bien y cuidamos de nosotros mismos, seremos capaces de hacer sentirse bien a los demás, a los que nos rodean, a nuestros colegas, compañeros y nuestros seres queridos, de vivir con mas armonía con el mundo, transmitiendo e impregnando a todos ,nuestra alegría y confianza haciendo que nuestro trabajo sea mas gratificante, nuestro rendimiento aumente y las relaciones y vida en común fructifique. De lo contrario, iremos alimentando el rencor, la insatisfacción y nuestras frustracciones iran en aumento de manera que nuestra vida estará cargada de miedos, inseguridades y negatividad.

.Recuerda que el verdadero éxito no consiste en los logros, el poder y las cosas que eres capaz de obtener. El éxito no fluye de fuera hacia dentro, muy al contrario se manifiesta por la paz y el equilibrio interior que se consigue por medio de una vida plena.Sera nuestro equilibrio y sensación de plenitud la que nos abra al mundo, la que  expanda nuestro propio amor a hacia las personas que nos rodean.

Es increíble lo bien que uno se siente cuando cree en lo que está haciendo y lo disfruta" (Adam J. Jackson)

10.04.2011

¿QUÉ ME PASA DOCTOR?



Recordando el título de la deliciosa y desternillante comedia protagonizada a comienzo de los 70 por Barbra Streisand y Ryan O´Neal muchos Directivos son incapaces de responder adecuadamente a esta pregunta y efectuar un diagnóstico certero sobre salud de sus equipos y su empresa.


Guiados por las urgencias de la situación y las mas de las veces por su inexperiencia se dedican a combatir la enfermedad que se ha apoderado de la Compañía mediante un tratamiento superficial y sintomático, que produce efectos positivos inmediatos pero que no ataja de raíz el mal de fondo.

Este comportamiento ilusorio y erróneo lleva a adoptar acciones correctivas en el corto plazo desatendiendo las soluciones fundamentales. Cómo he señalado, al principio se observan cambios favorables, mas o menos inmediatos, pero al no abordar las causas que provocan nuestro mal, se va enconando el problema y, como si se tratara de una adicción a algún psicotrópico, cada vez se depende de la solución sintomática, y se precisan progresivamente dosis mas grandes del mismo compuesto, para observar alguna mejoría que paradógicamente es cada vez mas leve y transitoria.


Es evidente que en muchas ocasiones no queda mas remedio que aplicar alguna solución o cirugía de urgencia, pero no por ello debemos de descuidar, primero mediante un diagnóstico certero, los planes de acción y cambios a medio y largo  plazo que debemos de introducir en la Compañía para mejorar su estado general y supervivencia.

Además de la falta de pericia detrás de este comportamiento, se puede esconder una falta de rigor y coraje por tomar decisiones drásticas y cambios importantes cuyos efectos no se ven en el corto plazo. Es la cultura ilusoria de lo fácil, de la búsqueda de la satisfacción inmediata, del cortoplacismo y provisionalidad, de ir posponiendo la verdadera solución, de los beneficios a corto sacrificando los beneficios de mañana. De los bonus a corto frente a la vinculación a largo con la Compañía.

Para ilustrar lo señalado, podemos poner como ejemplos cuando se pospone una inversión necesaria para abaratar los costes de producción, optando por una presión o incentivación a corto por incrementar la productividad de los empleados. Otro ejemplo de ello podría ser centrar toda la atención y recursos en algunos de los clientes actuales mas importantes, descuidando a futuro el crecimiento y diversificación de la clientela. Refiriéndonos a la Gestión de los Recursos Humanos.Nos encontraríamos en este caso cuando promocionamos y damos rienda suelta a un Directivo altamente exigente y controlador, muy eficaz en la consecución de los resultados a corto sabedores que destroza con el tiempo a sus Equipos. Otro ejemplo podría ser el empleo excesivo y continuado de Consultoras externas a nuestra Compañía, que a la larga crea dependencia y merma la confianza e iniciativa de nuestros talentos y recursos internos.


Enfin, ejemplos de ello hay infinitos, probablemente cada uno de nosotros podría encontrar a la mano alguno en los que se ha visto envuelto o se ha reconocido. Por ello es relevante darse cuenta de cuando actuamos movidos este arquetipo o patrón de comportamiento, que unido a otro tan peligroso como el anterior, me refiero al de las Soluciones Recurrentes (Si siempre ha funcionado así para que cambiar las cosas) puede sin remisión llevarnos al fracaso, bien desplazando y engordando el problema a futuro o sumiendonos en un círculo pernicioso, mediante el cual las acciones de hoy os llevan a adoptar acciones idénticas pero mas drásticas en el futuro.

Ejemplo de Soluciones recurrentes, sería reducir las comisiones y el equipo comercial para aligerar costes hoy y eso nos lleva a vender menos y tener mañana que hacer mas ajustes y así caemos en una espiral destructiva. Otro ejemplo que se me viene a la cabeza es cuando por ahorrar a corto plazo costes descuidamos el mantenimiento de nuestras instalaciones A la postre nos encontraremos con problemas de averias, de mal funcionamiento de la planta, o nos veremos obligados a hacer fuertes inversiones para alargar la vida útil. Cosa parecida podríamos decir cuando cortamos de plano los costes de formación, con los consiguiente problemas de capacitación futura de nuestros recursos internos o cuando reducimos los stocks para minimizar la inversión en circulante, provocando un empeoramiento en la calidad de servicio al dilatar nuestros plazos de entrega, lo que nos llevaría a una bajada de ventas que nos provocaría otro ajuste a la baja de los stocks.

A la hora de abordar un problema deberíamos preguntarnos siempre para detectar si nos anclamos en alguno de estos arquetipos ¿A qué estamos prestando atención? ¿Atacamos síntomas o vamos a la raíz del problema? ¿Cuál es el origen o causa de lo que nos pasa? ¿Qué medidas organizativas, financieras, industriales y comerciales deberíamos de abordar? ¿Esto que hoy hacemos tiene efectos duraderos o son medidas provisionales? ¿Para cuando las definitivas? ¿Qué me hace falta para tomarlas? ¿A dónde me conducen estas medidas en el futuro?¿Es un parche la decisión que voy a tomar?¿Que sofoco y que alimento? ¿Pan para hoy,...... hambre par mañana?