3.30.2016

SENTIDO DEL DEBER


El Hombre honrado es el que mide su derecho por su deber. Henri Lacordaire.

Cuando acudimos a la llamada del Sentido del Deber actuamos movidos por una especie de obligación moral o sentido de la responsabilidad que nos lleva a elegir el camino correcto en lugar del más fácil, utilitarista o provechoso.

Muy al contrario esa voz interior nos impulsa actuar de acuerdo a los dictados de nuestra Conciencia señalándonos el camino entre el Bien y el Mal.

Nuestro Sentido del Deber habla de nuestras convicciones, de nuestros valores y compromisos que forjamos a lo largo de nuestras  Vidas; constituyendo la carta de nobleza de un hombre tal   como señalaba el filósofo y escritor suizo Henric-Frédéric Amiel .

Cosa distinta es cuando un exceso de responsabilidad nos hace sentirnos  a menudo concernidos u obligados a hacernos cargo de todo tipo de situaciones ajenas a nuestra incumbencia.

Igualmente distorsionamos el verdadero Sentido del Deber cuando actuamos bajo la presión de un sinfín de obligaciones o exigencias, muchas veces autoimpuestas, que nos llevan a tener una visión poco positiva y nada estimulante de nuestras Vidas confundiendo y trastocando nuestro Deseos con nuestros Deberes.

3.17.2016

PASAPALABRA


Hay quien, como Napoleón, dice que una retirada a tiempo es una victoria; soy de los que piensan que no es así. Una retirada a tiempo es siempre el reconocimiento de una derrota en la que se consigue minimizar las pérdidas o como coloquialmente se dice “salvar los muebles”.

Pero qué difícil es reconocer ese momento crucial en el que hay que retirarse, ese momento en el cual el tiempo de uno ha pasado.

Si bien es lícito y plausible luchar por lo que uno ha conseguido, por defender el proyecto en el que uno cree y ha trabajado, por evitar que a uno le descabalguen; en la práctica de poco sirve exhibir defensas numantinas y aferrarse al cargo. Cuando uno empieza a formar parte del problema en lugar de la solución es el momento de pensar en hacerse a un lado y “pasar palabra”.

¿De qué sirve pensar en confabulaciones, buscar culpables y señalar faltas ajenas?. Es mejor ceder el testigo a tiempo y dejar un legado sobre el que construir el futuro que empecinarse contra viento y marea en mantenerse .

Hay que tener valor para decir "adiós"  y no pensar que uno es imprescindible; todo tiene un comienzo y un fin. Lo importante es reconocerlo y estar dispuesto a echarse a un lado. No por presiones ni imposiciones sino por el convencimiento propio y ajeno que es lo mejor para todos.

De ahí la importancia de buscar un sucesor, de ir preparando y dando oportunidades a otras personas para que  puedan tomar el relevo, cuando las circunstancias lo aconsejen, sin traumas y con naturalidad.

3.10.2016

CONDUCTA EJEMPLAR


El ejemplo es la mas irresistible seducción. Collin d’Harleville

Cuando ocupas una posición de Liderazgo debes de estar dispuesto a convertirte en un modelo positivo de comportamiento a seguir.

En ti estarán puestos los ojos de tu Equipo o Seguidores por lo que tu Conducta tendrá en todo momento que ser ejemplar.

La esencia de nuestro Liderazgo es la capacidad de influir e influenciar a los demás. Como Líderes tenemos la obligación moral de convertirnos, con nuestro ejemplo, en una referencia a emular.

Ello supone, con independencia de nuestro propio Modelo de Liderazgo,  que debemos conducirnos siempre con Ética, honestidad e integridad personal.

Nuestro Liderazgo debe estar basado en unos sólidos valores y convicciones profundas que servirán de alientofuente de inspiración a nuestra gente. Debemos de actuar de manera responsable y mostrarnos con autenticidad, siendo coherentes y consistentes en todo momento. Sólo así seremos vistos como Personas de Ley , en cuya palabra se puede confiar.

Además nuestra Conducta debe reflejar el compromiso  con la excelencia y la voluntad de servicio y respeto a los demás.

Para el verdadero Líder, ser un ejemplo no es una pesada carga; muy al contrario, constituye una extensión natural de su manera de ser

3.03.2016

EXCESO DE TACTICISMO


La Esencia de la estrategia consiste en la elección de lo que no se debe hacer. Michael E. Porter.

Habitualmente nos movemos mejor en el terreno de la Táctica pero un exceso de tacticismo nos puede confundir y desorientar tal como podemos observar hoy en nuestros Líderes Políticos. Siempre se ha dicho que una excelente ejecución se puede echar a perder y mostrarse carente de sentido por no tener claro los fines últimos perseguidos.

Una excelente Táctica sin una Estrategia que la sustente  cuando menos se puede convertir en un esfuerzo baldío generando desorden y confusión; y lo que es peor,  nos puede hacer renunciar a nuestros Principios  y caer en la trampa e ilusión de que todo vale con tal de conseguir nuestros fines.

Detrás de la Estrategia se esconden los propósitos de fondo  buscados mientras que la Táctica utiliza diversos recursos y planes específicos para alcanzar los Objetivos buscados.

La Estrategia te ayuda a poner foco en el largo plazo; a tener una mayor perspectiva y visión global; te permite ver con mas claridad en el marasmo cotidiano y por último te pone en disposición de  adoptar las opciones y alternativas mas adecuadas. Por su parte la Táctica sitúa su horizonte de actuación mas  en el corto plazo.

 Como Directivos se nos exige aportar nuestra Visión y Liderazgo Estratégico para conducir a nuestra Organización y Equipos en la dirección adecuada ya que como señalaba Séneca en sus cartas a Lucilio : Ningún Viento será favorable para quien no sabe a qué puerto se encamina.

Ello supone interpretar adecuadamente el Entorno, tener sentido de la anticipación, cuestionar el status quo existente estando abierto a los cambios y por último hacer participes de nuestra de nuestra Visión a nuestros Equipos.