4.25.2012

COACHING. ¿REPARADOR O DESARROLLADOR?


En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe Eric Hoffer

Muchas Empresas recurren al Coaching cuando detectan un problema o dificultad con uno de sus Directivos. En algunos casos la situación ha llegado a tal punto que ofrecen al Directivo los Servicios de Coaching como último recurso antes de tomar la decisión de rescindir la situación laboral con esa persona. Tampoco es infrecuente que se implante un Proceso de Coaching entre los Directivos como paso previo a un proceso de reestructuración dentro de la Compañía

Con ello buscan en el Directivo un cambio determinante de su conducta y comportamiento  tendente a mejorar su Performance, objetivo que a veces se podría haber conseguido mediante un adecuado y oportuno Feedback por parte de sus Jefes. En algunos casos el problema radica en la falta de decisión e iniciativa. Otras veces consiste en la dificultad para planificar o en la carencia de habilidades relacionales y de comunicación de este Directivo o en su incapacidad para gestionar adecuadamente sus Equipos,  en otras situaciones lo que se evidencia es su falta de adaptación a la Cultura de la Empresa.

En estas situaciones será determinante para la buena culminación del Proceso el conocimiento por parte del Coach de la causa o dificultad que subyace al encargo del Coaching, mejor si lo conoce de antemano, con información proveniente de la Empresa bien mediante herramientas 360º o información directa de los Jefes o Responsables de RR.HH, y por otra la plena confianza con el Coachee para afrontar el Proceso, en un escenario de apertura, sinceridad y voluntad de cambio.

Por desgracia esta confianza no siempre es fácil de obtener, a las primeras de cambio, ya que el Proceso podría estar viciado de origen sino se ha gestionado adecuadamente la información previa.

Con ello me estoy refiriendo a situaciones en las que el Directivo (Coachee), se puede sentir señalado o en el punto de mira por parte de la Empresa y percibe a su Coach como una especie de espía ó intermediario con RR.HH, máxime cuando el Coach tiene que hacerse eco frente al Coachee de las demandas y objetivos de la Empresa.

Será fundamental, además de explicar con detalle ¿Qué es el Coaching? ¿Y para que Sirve? incidir en una de las máximas de todo Proceso de Coaching, como es la absoluta Confidencialidad por parte del Coach sobre lo que acontece en la sesión de Coaching salvo que se cuente con la autorización y consentimiento del Coachee, o se refiera a aspectos genéricos del proceso como puede ser el objetivo declarado por la empresa.

Este intercambio de información acordada  y la garantía de confidencialidad deben de quedar claros desde el primer momento, para todas las partes implicadas, Coach , Coachee y Patrocinador, si que quiere que el Proceso transcurra con fluidez y sin reserva alguna por parte del Directivo (Coachee), el cual puede sentirse vigilado al ver amenazada su posición en la Empresa.

Será habilidad del Coach empatizar con sus emociones y percepciones acerca de su situación actual dentro de la Empresa. Le ayudará, con su presencia a identificar las dificultades por las que pasa, le llevará a averiguar juntos el origen o causas de los problemas y apelará a su compromiso para transformar sus problemas y dificultades en retos a superar estableciendo un plan de acción, eminentemente práctico y concreto, para producir el cambio de comportamientos deseados.

Frente a este Coaching de urgencia, percibido a veces como una amenaza o tabla de salvación, y que podríamos llamar reparador o carencial está otro Coaching desarrollador mas enfocado a la puesta a punto de las competencias y habilidades directivas, adecuado por ejemplo en el caso de  Directivos que acaban de ser promocionados para un puesto o se enfrentan  a nuevos e importantes retos.

Por suerte este tipo de Coaching es cada vez mas demandado por las Empresas, evidenciando no una carencia puntual o existencia de un problema, sino el afán de proporcionar al Directivo una potente herramienta de desarrollo personalizada y a su servicio.

Mientras que en el primer caso el Directivo podría hasta sentir preocupación y vergüenza por el hecho de necesitar Coaching, mediante el enfoque del Coaching Desarrollador, el Coaching es demandado por parte del Directivo y se percibe, además de necesario, como un signo de reconocimiento y distinción dentro de la Compañía.

Frases, que he oído alguna vez, utilizadas como arma arrojadiza: -¡Tú lo que necesitas es un buen Coaching! ¡Te voy a poner un Coach, a ver si logra cambiarte¡- se sustituyen por otras expresiones en las que el Directivo demanda el Coaching ¿Cuándo me ponéis un Coach? ¿Porqué yo no tengo un Coach? o exhibe tal circunstancia con cierta satisfacción: -No puedo atenderte, estoy con Mi Coach, mi Coach me ha comentado que…..-

El Coaching Desarrollador permite al Directivo  ganar en confianza y mejorar sus respuestas emocionales y constituye una potente herramienta de aprendizaje, con un enfoque eminentemente positivo, por y para el desarrollo y mejora del comportamiento personal y directivo del mismo.

Se establece un clima de Confianza y Complicidad con su Coach, en el que éste, además de aliado, conversador y confidente, le ayuda a reflexionar en su día a día, sobre su comportamiento actual como Directivo y como mejorarlo, pero sobre todo y más importante le ánima y desafía a salir de su zona de confort para poner en marcha nuevos comportamientos que le permitan hacer mejor su trabajo y ser cada vez mejor Directivo y Persona.

Pero no se trata aquí sólo de cubrir carencias, sino también de poner en valor los aspectos positivos de la personalidad del Directivo, realizando su Balance Personal  identificando sus cualidades positivas o palancas de éxito. Se trabaja con los primeros estableciendo planes de acción paliativos y con los segundos reforzando y potenciando conductas y habilidades que constituyen las auténticas fortalezas del Directivo.

Para concluir os dejo con una frase a modo de reflexión: Sólo el que se siente imperfecto es capaz de mejorar.

4.18.2012

LA NEGOCIACIÓN COMO ARTE DE CREAR VALOR



“Nada está convenido hasta que todo esté convenido”

Negociar es una necesidad que compartimos todos como personas interdependientes que necesitamos de la cooperación y el intercambio con otros para satisfacer nuestros deseos, obtener ventajas o resolver conflictos. Decimos que negociamos cuando necesitamos algo que otros tienen, a su vez nosotros podemos proporcionar algo que otras personas necesitan, en este sentido Negociar es intercambiar, dar y recibir.

Si solo atendiéramos a nuestros intereses utilizaríamos en la negociación un estilo competitivo, conocido por el Ganar-Perder, que tiene como premisa que lo que yo gano la otra parte lo pierde, mientras que si buscamos el interés mutuo, en el entendimiento de maximizar el valor y la voluntad de mejorar o proteger las relaciones entre las partes implicadas en la negociación, la negociación debería llevarse utilizando un estilo cooperativo, Ganar-Ganar, en el que se satisfacen eficazmente los intereses de ambas partes.

Negociar no significa necesariamente confrontar, como tampoco supone centrarse únicamente en los puntos en disputa o diferencias existentes. No hay que negar el conflicto pero tampoco se debe olvidar los intereses comunes que pueden existir, de hecho los buenos negociadores son capaces de transformar los conflictos en fuentes de generación de valor. Para ello se sirven de la cooperación y la creatividad para abrir un nuevo horizonte de posibilidades en el que todos salen ganando  alcanzando un compromiso justo en el que cada parte negociadora obtienen unos beneficios mayores que los que  hubieran alcanzado individualmente por si misma.

Pero para que exista una verdadera negociación tiene que haber voluntad de las partes de ponerse a negociar y llegar a un acuerdo. Éste desde una postura racional y económica no debería ser menos beneficioso que el que cada parte obtuviera sin necesidad de negociar.

Ahora bien, esto no siempre es posible debido a que en toda negociación se confrontan posiciones y emociones, atendiéndose muchas veces más a los deseos que a verdaderas necesidades. En el proceso de negociación debemos evitar dejarnos llevar por nuestras pasiones y manejar adecuadamente nuestros Estados Emocionales.

Es normal que en un proceso de negociación en el que no se cumplen nuestros deseos y expectativas nos pudiéramos sentir: Acorralados, coaccionados, humillados, abatidos, angustiados, enfurecidos, deprimidos, furiosos, débiles, inferiores….Por contra si vemos que vamos obteniendo los que queremos, nuestras emociones serían: Euforia, tranquilidad, alegría, confianza, satisfacción, benevolencia, excitación fortaleza….

Si quieres llevar a cabo una negociación satisfactoria y en la que ambas partes cooperéis para encontrar soluciones que maximicen  el valor de la negociación y podáis alcanzar compromisos que aseguren un reparto equitativo del mismo, es importante que aunque se discrepe se mantenga al margen la relación personal.

 Debes para ello  identificar tus emociones, hacerte cargo de tu propios sentimientos y expresar tus necesidades y peticiones en relación con los hechos y situaciones evitando hacer juicios de intenciones ni antagonizar, ridiculizar, confrontar , amenazar, fanfarronear, como tampoco acorralar ni alimentar la desconfianza ni el resentimiento en tu “oponente”. 

De ahí la importancia de gestionar las emociones durante la negociación y utilizar una metodología eficaz, comenzando por preparar adecuadamente la negociación para el buen éxito de la misma. Una de las claves será establecer claramente los objetivos de la negociación basados en intereses y necesidades reales para no perderlos de vista durante todo el proceso. Hablamos de mantener   intereses  no sostener posiciones inamovibles y e inflexibles. Mientras para esto último solo existe una opción aceptable para mi: La que yo propongo, los intereses siempre se pueden satisfacer desde distintas alternativas y estas serán la clave de toda negociación.

Cuanto más opciones y alternativas creativas y generadoras de valor aparezcan en un negociación para satisfacer los necesidades  de los negociadores más posibilidades  habrá de superar bloqueos y alcanzar un acuerdo justo y equitativo para las partes.

Cuando tengas negociar, no escatimes tiempo y esfuerzos, en efectuar una preparación adecuada del proceso negociador. Ello implica no sólo conocer, inventariar, clasificar y valorar tus intereses en el proceso sino también atender a los de la otra parte. Intenta conocer ¿Qué pueden necesitar ellos de ti o de tu Empresa u Organización? Se suele decir no te sientes a negociar sino sabes a quien tienes enfrente.

Es importante que entiendas sus necesidades. Si se tratara de una compañía conocer su sector, su situación, el mercado, sus productos, su competencia….para indagar sobre sus intereses y necesidades comunes.

En esta fase preparatoria identifica los puntos fuertes y débiles, averigua tu MAAN (Mejor  alternativa al acuerdo negociado) y el de la otra parte para contar con un Plan B alternativo caso de necesitar retirarte de la negociación. Establece tus líneas rojas, pero recuerda que tienes que ser flexible no deben basarse en posiciones, sino en intereses.

Esta labor de comprensión de las necesidades reales de la otra parte proseguirá durante la negociación, en la que deberás estar desde el primer momento pendiente de sus reacciones y movimientos, estate atento a las palabras y gestos de la otra parte. Sera fundamental que escuches activamente, que logres empatizar para ponerte en el lugar del otro, que hagas preguntas para entenderle mejor, conocer que es lo que le preocupa, sus miedos, que se juega en la negociación, que poder tiene y cuales son sus intenciones e intereses.

Entender las necesidades del otro y que el otro entienda las tuyas  constituye el nudo gordiano de la negociación, dado que significa abrirse y quedar al descubierto o en una eventual posición de desventaja si la otra parte no está dispuesta a negociar de forma colaborativa. Será crítico que tengas seguridad, en tu posición negociadora, que muestres madurez y que establezcas un clima progresivo de mutua confianza mediante una actitud abierta, sincera y respetuosa con las opiniones e intereses contrarios.

La clave para culminar una negociación exitosa, en la que se maximice el valor y éste se distribuya de una manera justa y satisfactoria para las partes negociadoras, es poner el foco y cooperar  en la búsqueda creativa y eficaz de distintas opciones y alternativas que generen valor para ambas atendiendo a sus intereses y necesidades, sirviéndose de referencias externas objetivas y normas de legitimidad y justicia comúnmente aceptadas, llegando en último término una vez exploradas, analizadas y discutidas las distintas alternativas a  alcanzar compromisos globales.

"Lo mas difícil de una negociación es escuchar lo que no se dice"