11.22.2011

ENTRE HIPOCRESIAS Y MIEDOS ANDA EL JUEGO



Hoy voy a tratar un tema políticamente incorrecto, ¿Qué cosa hoy no lo es?, pero que a pesar de su crudeza, prolifera en nuestras Empresas mas de lo que uno pudiera imaginarse, como lo atestigua mi propia experiencia y los relatos que a menudo escucho de muchos de vosotros.

Lejos de discursos ortodoxos y triunfalistas emanados desde la Cúpula Directiva de las Compañías, existe otra Realidad que afecta sobremanera a la vida profesional de muchos Directivos y Empleados y nos es otra que el Entorno de Miedo e Hiprocresía que les rodea y acompaña en su trabajo.

Hipocresía que se deriva de la existencia de un discurso oficial que por desgracia difiere del comportamiento mostrado por muchos Directivos. Se habla mucho de valores y principios, de considerar a nuestros Empleados como el mejor activo de nuestra Compañía, de favorecer el desarrollo profesional, la igualdad de oportunidades y cuidar a las personas apostando por ellas y favoreciendo la conciliación personal y laboral.

Lamentablemente el día a día nos enfrenta con situaciones que difieren de lo anterior. El hecho es que concilian mas las mujeres que los hombres, aún está mal visto que una mujer coja una baja laboral por maternidad, menos aún si quien la disfruta es el hombre. Los horarios sigue siendo un caballo de batalla, a pesar de las nuevas tecnologías y la conectividad, ahora se nos exige una presencial virtual cuasi de 24 h, y todavía persiste la ineficiente e inveterada costumbre de calentar la silla para estar a lo que manden nuestros Jefes. Tengo que estar no vaya a ser que me llamé.

Si lo anterior es malo, peor es aún la situación de convivencia de varios Organigramas dentro de la Compañía. Muchos de vosotros os los habréis encontrado en una situación de cambio laboral dificultando vuestra comprensión e integración en la nueva Empresa. Junto con los Organigramas Oficiales, están los Virtuales u Oficiosos. Es frecuente ver Personigramas, que retuercen la lógica organizativa para atender a situaciones personales mas o menos justificadas. Ello hace que se viva inmerso en una situación confusa, en la que no se conoce el verdadero valor de cada puesto,  sirviendo como caldo de cultivo para el engaño y la zozobra, dado que casi nada es lo que parece. ...

Da coraje y es causa de escándalo ver como muchos Directivos, son premiados con un ascenso, por el mero hecho de pertenecer a un clan o una cuerda sin que haya un desempeño profesional detrás que lo avale. Y eso que nos cansamos de decir y oír que en nuestra Compañía lo que vale es la meritocracia e impera la igualdad de oportunidades para todos. Precisamente son estos nuevos ricos del poder, los que se convierten en los máximos defensores y adalides de la Jerarquía establecida . Suelen actuar de forma y manera que su culo quede siempre a salvo, pero su torpeza hace que habitualmente sean los primeros en caer cuando se rompe la cuerda o se produce un cambio de régimen al frente de la Compañía.

Por otro lado la tan carreada apuesta y cuidado por las personas se contrapone a menudo a unos estilos directivos autoritarios, con sus Equipos plegados a sus deseos y una superioridad basada en el control, ejerciendo un estilo de motivación basado en el conocido y arcaico método del palo y la zanahoria, que tan bien funciona con los animales.

Ello hace que exista poco compromiso , que se viva una situación de amenaza, desconfianza y miedo a equivocarse y lo que es peor se eluda manifestar una opinión y decir lo que uno piensa. ¿Para que? Si no se escucha y me puede perjudicar.

Se vive inmerso en un ambiente de miedo, de confidencias y conspiración, en el que raro es que alguien diga las cosas a la cara. La falta de respeto a las personas y a su trabajo es moneda común. La Verdad las mas de las veces queda sustituida por la Mentira y la ocultación, la Responsabilidad es rehén de las Escusas.

Otro prototipo del Falso Directivo, es aquel que le gusta como vulgarmente se dice ir de rositas y su lema es los Éxitos son míos y los fracasos de los demás. Nunca parecer que tienen la culpa de nada, ya se ocupan ellos de distraer la atención o buscar culpables para eludir su fracaso. Seguramente tambien reconoceréis a  Directivos especialistas en ocuparse y hurgar en lo ajeno, en cuestiones que escapan a su responsabilidad para que no se hable de los suyo. Los mas avezados, entre los que se encuentran algunos salvadores de la Patria que siempre se ofrecen voluntarios para poner en marcha nuevas iniciativas en su Area o Departamento, cuando detectan el tufillo , tratan anticipadamente de escurrir el bulto y endosar el enfermo a otro, no vaya a ser que se le muera en sus manos.

No menos dañino son aquellos que por mor de sus inseguridades, están tan instalados en la desconfianza, que tienen la mala costumbre, por otro lado se suelen sentir muy ufanos de ello, de encargar el mismo trabajo a varias personas o equipos por separado, sin informar de ello ni a uno ni a otros. No se trata de alentar la competitividad, se trata las mas de la veces de fomentar el enfrentamiento y la desconfianza, al tiempo que desmotiva y se entorpece el logro.

Podríamos continuar  este mostruario con un sinfín de personajes, al que seguramentele podríais poner mas de un nombre real, que día a día medran entre los Despachos de las Empresas. Mencionar a Acosadores, a Directivos que ejercen el Mobbing, a quienes ponen zancadillas a sus compañeros, a quienes prometen mucho y no cumplen nada, a Corruptos y a otros que entienden su cometido como Señores Feudales ofreciendo protección y repartiendo prebendas, a Jefes que se comportan como auténticos negreros, menospreciando y explotando a su colaboradores, pero no es menester seguir aireándo tanta y tanta miseria y mezquindad escondida tras el juego oculto de estos Directivos.

Afortunadamente no todo el mundo se comporta de igual manera, hay muchos y buenos Directivos que en nada se parecen a los reseñados, pero ya sabemos el refrán que dice: Lo malo destaca y lo bueno sobreabunda.

Ante este panorama, haciendo mención a la parábola bíblica debemos separar el Trigo de la Cizaña, es hora de denunciar esta situación y reivindicar otro Estilo de Dirección. No mas actitudes insolidarias. Tenemos que dejar de ser cómplices de su juego, no caer en la trampa de mimetizar comportamientos indeseados y actuar de forma ejemplar. Nuestro actuar como Directivos debe dejar en evidencia y desenmascarar a estos embaucadores e indigna clase dominante que empañan el verdadero sentido y propósito de la Función Directiva.

Para ello, la Ética y la Honestidad  serán nuestra Guía para conseguir atraer el compromiso de toda la Organización hacia sus metas y nuestro hacer tiene que ser diferente. Tenemos que despertar las conciencias y hacer ver desde nuestra propia Responsabilidad que No todo vale, No queremos Resultados a cualquier precio. Debemos garantizar su Sostenibilidad y no hipotecar los Resultados de Mañana a costa de los de Hoy.

Nuestro Liderazgo e Influencia se debe soportar con el Ejemplo cercano y  la Integridad generando adhesiones y compromisos con el Proyecto Empresarial y Personal que representamos. Debemos de aprender a discriminar, a premiar comportamientos basados en la colaboración y el compañerismo, a reconocer a aquellas personas que además de conseguir resultados, desarrollan a sus Equipos y se preocupan por las Personas, de forma sincera, con respeto y sin manipulación. Por el contrario aislemos y hagamos saber, a toda la Organización, que no seremos tolerantes ni complacientes con la Doble Moral.

Quiero finalizar mostrando mi confianza en que poco a poco y gracias al Testimonio y Compromiso de muchos de vosotros, la Hipocresía y el Miedo irá perdiendo protagonismo en la vida de nuestras Empresas y será un mal recuerdo de épocas pasadas

11.08.2011

EQUIPOS EFICIENTES



¿Qué distingue a un equipo eficiente de otro que no lo es?. No es como pudiera parecer a simple vista la obtención de Resultados, esos se pueden dar sin que la eficiencia esté implicada. El verdadero rasgo distintivo está en la economía de esfuerzos, en la optimización de los medios. Otra forma de ver esta circunstancia sería cuando se obtienen resultados extraordinarios con los medios habituales a nuestro alcance.


Quiero hoy resaltar con independencia de los rasgos comunes que identifican a un Equipo capaz de funcionar bien y obtener buenos resultados, rasgos tales como metas claras, cohexión, compromiso, comunicación…., uno que a mi parecer resulta casi determinante en la actuación de un Equipo Eficiente. Me refiero a poner el foco de su actuación en el Objetivo que persigue.

Un Equipo Eficiente, lo es por identificar claramente sus metas, objetivos y no perderlos de vista durante su ejecución. Se centran y concentran su atención en las soluciones a los problemas, en lugar de enredarse en otras cuestiones colaterales. Su enfoque es el de unos gestores que accionan en post del objetivo en lugar de adoptar una actitud administrativa que pone el acento en conseguir y organizar los medios requeridos para alcanzarlo.

Un Equipo Eficiente, utilizando el símil de un cazador, rastrea a su pieza, la observa, conoce sus hábitos, sus capacidades, se adentra en su territorio y la sigue, dando muestra de una gran flexibilidad y adaptabilidad, y como el cazador se mantiene pegado y atento al terreno para conseguir su presa.

La eficiencia para ellos es una consecuencia natural de su proceder, no se trata únicamente de austeridad y economicidad, la cuestión va en no distraerse y orientar sus esfuerzos al logro, trabajan con lo que tienen y lo ponen a punto, estableciendo métricas y objetivos para obtener trazabilidad y feedback continuo de su rendimiento en relación al objetivo que se traen entre manos.

Su foco en el objetivo les hacen vislumbrar el logro, ilusionarse con el y por ello ser más resistentes al desaliento. Tampoco malgastan esfuerzos, se centran en lo relevante e importante para sus fines. Buscan y descubren cuales son las palancas que les llevarán al éxito. Su comportamiento es muy operativo, hacen ajustes continuos- lo que no vale o sirve a nuestro propósito prescindimos de ello- parecen decir.

Normalmente, los Equipos Eficientes, son flexibles, ligeros y rápidos, huyen de la burocracia y el control innecesario e irrelevante. Necesitan de autonomía, se autoregulan y hacen de la colaboración, el aprendizaje y la interdependencia de sus miembros su mejor arma  y estrategia para conseguir el objetivo deseado.

¡Que diferencia¡ frente a otros Equipos, que muchas veces confunden y fijan su capacidad en relación al volumen de medios que emplean y no en los resultados que obtienen¡Qué gran lección para éstos tiempos de crisis¡, aunque alguno no quiera o parezca enterarse.

Esto me recuerda a algunos Directivos que como aquellos viejos Generales del Ejercito, miden su grado y escalafón en relación al número de tropas y medios que ponen a su cargo (Brigada, División…),utilizándolos a discreción sin importar el número de bajas, munición y material empleado en sus batallas.

El problema de no tener una meta es que usted puede pasar su vida subiendo y bajando por el campo y nunca marcar gol  – Bill Copeland

11.04.2011

LOS ESTADOS DE ANIMO, UNA NUEVA FORMA DE GOBIERNO



Uno tiene que ser el cambio que quiere ver en el mundo. Mahatma Ghandi

¿Qué hace diferente a una empresa exitosa de otra.?¿Porqué Empresas a priori con menores recursos y cuota de mercado son capaces de derrotar a los Gigantes o Líderes en su Sector?
Seguramente para responder a estar preguntas podemos encontrar múltiples y válidos argumentos,explicados todos ellos desde la óptica del Management y la Gestión Estratégica, razones y motivos que pueden ir desde la excelencia del producto, la utilización y manejo de la tecnología, su capacidad financiera y de generar fondos para afrontar el crecimiento o la capacitación de su Equipo Humano entre otros.

Hoy me quiero detener en un argumento, traído de la mano de la Sociología o la Psicología, que cada vez cobra mas importancia como un factor explicativo de éste fenomeno operando como  catalizador del éxito o fracaso de una Compañía, me refiero a los Estados de Ánimo.

No nos debemos sorprender por ello, ya que cada uno de nosotros estamos inmersos en un Estado de Animo emocional que condiciona nuestro comportamiento y marca la frontera de posibilidades de nuestra capacidad de actuación. A diferencia de las emociones que nos asaltan de forma brusca y normalmente como reacción ante un determinado evento, los Estados de Ánimo se van apoderando de nosotros constituyendo el trasfondo desde el cual vemos el mundo. Actuan como verdaderos filtros o gafas que condicionan nuestra visión de lo que nos rodea o acontece, predisponiendonos a una u otra acción y por tanto marcando indefectiblemente nuestra capacidad de actuación.

Lo malo de los Estados de Animo, es nos van acompañando y transitan por nosotros, formando parte de nuestro quehacer diario, sin que muchas veces nos demos cuenta de su presencia. Además al observarlos u observar a alguna persona sumida en un determinado estado, pareciera que han venido para no irse jamás ya que los vamos inconscientemente retroalimentando con nuestros pensamientos y formas de actuar.

Lo que caracteriza a los Estados de Ánimo, además de estar en el origen y consecuencia de nuestros relatos e interpretaciones, es su elevada capacidad de contagio a otras personas, por medio del Sistema Límbico,y de ahí su importancia como fenomeno social.  Transcienden con suma facilidad de la dimensión individual y personal a la colectiva, afectando e instalándose en el ánimo de un Grupo o Colectividad ,generándo historias y vivencias colectivas ,recogidas primero y fomentadas  despues por la Tradicción o Cultura. Es asombrosa su capacidad de expansión y el modo por el que  uno tras otro, vamos adoptando esas historias en forma de creencias, sin cuestionarlas en absoluto, mimetizando nuestro comportamiento al imperante en el Grupo del cual formamos parte

Ejemplos de ello es darse cuenta que no fue lo mismo el Estado de Ánimo  y la psicosis de destrucción y victimismo que se vivió en Europa en el  siglo XIV tras la pandemia de la peste que acabó con una tercera parte de la población y que a la postre promovió la libertad de credo y la reforma protestante, que el Estado de Ánimo de euforia y creencia en el Sueño Americano tras la conquista de la luna por el hombre en 1.969. Como tampoco fué lo mismo el optimismo que vivió el mundo en los felices años 20, con su años de prosperidad económica,  que el abatimiento colectivo sobrevenido despues de la Gran Depresión y el advenimiento de los Regímenes Totalitarios, cuyos síntomas pudiera parecer que estamos ahora de nuevo reviviendo.

Como vemos no todos los Estados de Ánimo, son lo mismo, ni nos afectan de igual forma, hay unos que podemos catalogar como estimulantes o positivos, que amplian nuestras posibilidades de intervención y nos proporcionan los recursos precisos para de forma resolutiva encarar las dificultades mientras que otros nos anclan en el victimiso, el rencor o lo que es peor, por aquello de ausencia de lucha, en la resignación.

Al igual  que nos sucede a cada uno de nosotros cuando nos sentimos seguros, confiados, con ambición  o cuando por el contrario nuestra moral está baja, estamos abatidos, vemos en todo una amenaza y nos sentimos derrotados de antemano, lo mismo les sucede a las Empresas y sus Líderes.

Estos Estados de Ánimo van calando como una lluvia fina en las Organizaciones, construyendo a lo largo del tiempo visiones y relatos colectivos, que acaban constituyendo un conjunto de valoresy principos que conforman la Cultura Corporativa de cada Empresa, marcando diferencias entre Empresas Innovadoras, Empresas Conservadoras aferradas a la tradicción (Aqui siempre hemos hecho las cosas asi...), entre Empresas Ambiciosas  que encaran la crisis como una oportunidad de otras Empresas Resignadas a su suerte, que luchan malamente por sobrevivir.

De ahí la importancia de gestionar emocionalmente las Empresas, que no sea inocuo ni tampoco indiferente el Estado de Ánimo o transfondo emocional mas o menos permanente  que gobierna desde la sombra nuestra Compañía, ya que éste es el responsable de discriminar y situar el horizonte entre lo posible de lo imposible, entre lo lícito o lo ílicito, entre lo permitido y lo prohíbido o  de marcar el límite entre un sentimiento de culpa o legitimidad. En definitiva determinan nuestro rendimiento  y  son los responsables de marcar la frontera de  nuestros resultados.

Lo bueno de todo, es que los Estados de Ánimo se pueden diseñar y modificar a nuestra conveniencia. Esa ha sido muchas veces la gran habilidad y aportación de muchos Líderes, que han cambiado el rumbo de la historia, gracias a su enorme capacidad de sugestión colectiva e impacto en los Estado de Ánimo de sus seguridores. Todos nos acordamos de Ghandi o Martin Luther King o de personajes tan funestos para la humanidad como Hitler.

 Ahora bien  primero que necesitamos para poder intervenir en ellos de manera que potencien las habilidades y fortalezas colectivas de nuestra Compañía, es detectar y conocer en primer lugar en qué Estado de Ánimo estamos inmersos. ¿Prevalece en nuestra Empresa un sentimiento de impotencia y fracaso? ¿Creemos que estamos condenados a ser unos segundones? ¿Confiamos en nuestras capacidades? ¿No sentimos resignados y que creemos que no existen posibilidades de desarrollo personal? ¿Se repira optimismo y confianza ante el futuro?¿Desconfiamos y nos mostramos inseguros ya que cuestionamos la validez de nuestros Equipos Directivos? ¿Nos sentimos desamparados y desorientados por la Sucesión del Fundador?¿Vivímos momentos de euforia tras los últimos éxitos alcazandos?o por el contrario ¿Nos sentimos abatidos e inseguros por no haber conseguido ningún nuevo contrato en los últimos concursos o licitaciones?, las repuestas a estas preguntas son algunos ejemplos  de los Estados de Ánimo que pueden prevalecen afectando tanto  a la forma y como al fondo de nuestro comportamiento indicidual y colectivo  en nuestra Empresa.

Sólo tras identificarlos, y ver que juicios y conversaciones sustentan y se sostienen en ese Estado de Ánimo, podemos trabajar  contruyendo nuevas historias, relatos o imágenes  acordes con los nuevos retos o metas que precisamos alcanzar, podemos buscar hechos y situaciones que los infundan o los hagan irrelevantes para los objetivos que nos planteamos, podemos diseñar acciones o dar pasos para recomponer el escenario o podemos anticiparnos a ellos, contruyendo repertorios, o cursos de acción, como hacen muchos deportistas,  que nos situen en un Estado de Ánimo positivo.

De ahí la relevancia que tiene contar con Directivos con competencias emocionales que les hagan comportarse de manera optimista, positiva, confiada,  que sean personas resueltas, entusiastas e ilusionadas  capaces de gestionar sus propios Estados de Animos atrayendo  los positivos para despues implantar las estrategias, politicas de comunicación, y acciones que alejen o neutralicen  los Estados de Ánimo que afecten negativamente  a la Organización.

 No permitamos que personas depresivas, negativas, mal humoradas, resentidas, ansiosas , irritables e inseguras, se apoderen de nuestro ánimo, nos arrojen su toxicidad  gobernando nuestras vidas y las  de nuestras Empresas.

Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,te acerques y te mires..
te mires al mirarme.

Mario Benedetti