9.26.2018

LA DECENCIA


La mayoría de las veces, el honor consiste en ser idiota. ¿Y acaso no vale más comportarse como un imbécil que deshonrarse? Todavía hoy, me avergüenzo de haber preferido la inteligencia a la decencia."Estupor y temblores" (1999), Amélie Nothomb

Hace años la decencia estaba ligada a la Moral y conductas de índole sexual; hoy en día, ante el utilitarismo sin pudor y la ausencia manifiesta de Valores  en el comportamiento de muchos de nuestros dirigentes, La Decencia cobra protagonismo en el ámbito de la Vida pública; en la Empresa, la Política y las Instituciones.

Etimológicamente La Decencia provine del término latino Decens, es decir, lo que es apropiado o adecuado.

La Persona decente se caracteriza por un comportamiento pulcro y respetuoso; por su integridad, honradez y respeto, tanto a sí mismo como a los demás, por un comportamiento que enaltece su dignidad como Persona y acorde a su Rango.

Por eso causa sonrojo y desaliento asistir al espectáculo indigno de muchos Directivos, Personajes Públicos y Políticos que convierten el ejercicio de su cargo y responsabilidad en todo  un repertorio de conductas amorales, relativistas  y finalistas en las que todo vale con tal de conseguir sus fines. 

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