“El Éxito es a menudo
el resultado de dar un mal paso en la dirección correcta.” Al Berstein
Recientes investigaciones ponen
de relieve la importancia del Azar a
la hora de conseguir el Éxito. En el
Campo de la Investigación es bien conocido que muchos descubrimientos se han debido a la “casualidad” ; los Científicos se dividen entre aquellos que sostienen que el Origen de la Vida es producto del Diseño o se debe al mero Azar.
Dejando estas cuestiones al
margen no cabe ninguna duda la importancia que tiene en la Vida, la Suerte, pero
también es cierto que la Suerte depende de uno mismo. Es una condición necesaria pero no suficiente
para el Éxito.
Se dice, con acierto, que detrás de
todo Éxito ha habido un Fracaso. ¿Entonces cual ha sido el ingrediente determinante y catalizador para
conseguir tal mutación?
Podemos decir que no existe un
único ingrediente; si hubiera que señalar algunos componentes de la fórmula mágica indudablemente estarían
el aprendizaje y la persistencia y el positivismo.
Persistir en el empeño, ser tenaz y no abandonar es determinante; aprender
de nuestros errores es esencial para
corregir el rumbo; ser curioso, optimista y ver oportunidades donde
otros sólo ven problemas hará que nos señale la Rueda de la Fortuna.
Somos nosotros, con nuestra Talento,
Actitud y Trabajo, los responsables de nuestro Destino, los responsables de
atraer o rechazar a la suerte. No valen excusas ni lamentaciones sobre la
Suerte. Como irónicamente señalaba nuestro premio nobel de Literatura Jacinto Benavente. “Muchos creen que tener Talento es cuestión de Suerte, pero Nadie cree
que la Suerte pueda ser cuestión de tener
Talento.
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