7.05.2017

HABLAR CLARO



Necesitamos pocas palabras para expresar lo esencial; necesitamos todas las palabras para hacerlo real.Paul Éluard

A mucha gente le incomoda ser francos y hablar claro. En lugar de ello prefieren practicar un discurso confuso, a veces tentativo, otras elusivo o esquivo.

Bien sea por no incomodar, por su inseguridad, miedo al rechazo o falta de compromiso optan por ser dispersos, no ir al grano y perderse  en retóricas o rodeos innecesarios.

Confundimos  ser directos y precisos con la brusquedad, el dogmatismo y la confrontación. Hablar claro no implica mostrarse agresivo o descortés con la otra Persona. Muy al contrario puede ser una muestra de consideración hacia su Persona cuando se hace con honestidad desde el respecto y la empatía.

Si somos capaces de hablar claro evitaremos muchos malentendidos y confusiones, ya que hay quien a base de no ser claros acaba diciendo lo contrario a lo que piensa o desea. Llevado al extremo,  no compartir tus sentimientos, callarse y guardar silencio alimenta rencores y reproches mutuos.

Cuando nos hablan claro, nos ayudan a “quitarnos el velo” enfrentándonos a la percepción ajena sobre nuestra propia realidad y visión de las cosas.

Hablando claro se ofrece ante nosotros un horizonte de oportunidades basadas en una comunicación sincera  y auténtica.

Paradójicamente, mientras los Sentimientos unen las Palabras nos Separan

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