Son muchas las cosas a las que renunciamos tan sólo por no haberlas
pedido. La otra cara de la moneda sería los trenes que hemos dejado pasar y las
oportunidades que hemos perdido por
no haber sido capaces de ofrecernos en su momento.
Al pedir manifestamos una necesidad y al ofrecernos
mostramos a los demás una posibilidad.
Sin el Juego de las Peticiones y Ofertas no serían posibles muchas
cosas que gracias a las Promesas y la Aceptación suceden.
Hay quien no sabe hacer Peticiones. Creen erróneamente que pedir
nos hace mas vulnerables o nos pone
en situación de inferioridad o dependencia.
Tiene miedo a la negativa y lo que es mucho peor, a veces, caen en el error de considerarla un rechazo a nuestra Persona.
Tiene miedo a la negativa y lo que es mucho peor, a veces, caen en el error de considerarla un rechazo a nuestra Persona.
Prefieren el silencio y la pasividad esperando
a que sean otros quienes cumplan unas Expectativas
no acordadas previamente, o descubran
sus carencias y necesidades no
manifestadas
.
Si nadie le ofrece aquello que en
su interior quieren, aparece la frustración y pueden caer en el rencor por considerar que no les han sabido ofrecer aquello que íntimamente
merecían y consideraban era de justicia.
Por otro lado, hay quien no se
atreva a postularse, a dar el paso y
manifestarse como una opción válida. Prefieren pasar desapercibidos y huir de los compromisos
y responsabilidades. Sin
ofrecerse nos empobrecen y renuncian a
muchas oportunidades, para ellos y
para los demás.
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