3.24.2023

LA IMPACIENCIA

 


La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.” Kant


Uno de los males de los tiempos que corren es la impaciencia. Vivimos sometidos a la inmediatez del momento. Con tal de no quedar atrás estamos tan acelerados  que corremos el peligro de “pasarnos” de vueltas.


La impaciencia es, en algún modo, fruto de la ansiedad. Ella nos lleva a actuar con precipitación e ir muchas veces con el paso cambiado. Cuantas veces hemos oído ante fracasos sonoros: :! Fue un adelantado …!


Queremos anticiparnos a todo y a todos, lograr las cosas ya, y estar en demasiados sitios a la vez. Todo ello, hace que aumentemos nuestras dosis de estrés y ansiedad, actuando de manera impulsiva y poco reflexiva.


Ello no significa que caigamos en el inmovilismo e inacción; que dejemos pasar las oportunidades que se nos presentan. Hay que saber, como el buen cocinero o ,buen recolector, cuando el guiso está en su punto o la fruta madura para ser recogida.


Frente a la impaciencia está la virtud de la paciencia, aliada de la prudencia y consejera de la oportunidad.


La paciencia denota fortaleza y experiencia. Es el arte de saber esperar no anticipando resultados ni recompensas poco maduros o inestables.


Frente a las urgencias, desasosiegos y frustraciones por no obtener satisfacción inmediata, la paciencia nos enseña y permite, actuar de manera sosegada y reflexiva para lograr nuestras metas. Cómo decía San Agustín : “La Paciencia es La madre de la Sabiduría




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