El reconocimiento de la función siempre precede al reconocimiento del ser. Rita Mae Brown.
El reconocimiento va unido al respeto, la generosidad y la distinción a la persona.
Cuando reconocemos a alguien señalamos su singularidad; le valoramos y distinguimos de los demás otorgándole presencia y visibilidad.
Para el que lo recibe, afianza su autoestima, confianza y aceptación.
Cómo gestión de un grupo de trabajo el reconocimiento es una poderosa herramienta que cohesiona al grupo, dota de sentido de pertenencia y es fuente de energía y motivación.
El reconocimiento para que sea eficaz debe ser oportuno, específico y objetivo.
Debe efectuarse a tiempo, ser participativo, publicitado y visualizado pero sobremanera no puede ser caprichoso ni arbitrario. No debemos perder una oportunidad para reconocer los logros y ser generosos en el elogio merecido.
Pero no debemos olvidar que también es cosa nuestra reconocernos. Es preciso mantener un equilibrio entre el reconocimiento exterior y la autoaceptación si no queremos caer en el resentimiento y/o decepción en ausencia de este.
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