En lugar de preocuparse por las cosas que están fuera de nuestro control, centra tu energía en aquello que puedes crear y hacer.
Pensar en positivo te ayuda a conseguir tus objetivos. Visualizar el éxito te da la confianza, energía y sabiduría necesarias para alcanzar tus metas. Ser positivo elimina barreras mentales, acallando el diálogo interno y allanando el camino ante las dificultades. Donde uno sólo ve problemas la persona positiva piensa en soluciones y busca alternativas.
La actitud positiva te hace más resistente a la frustración y te hace más resilente para superar las adversidades. Si eres una persona positiva ahorraras energía para conseguir tus metas y verás como tu ansiedad y estrés se reducen.
Frente a estas personas, los negativos se cargan de energía negativa predisponiéndose al fracaso que ,muchas veces, hacen realidad con su actitud. Las persona negativas son personas tóxicas, victimistas (se quejan a menudo) y pesimistas.
¿Pero, cómo conseguir tener un pensamiento positivo? Ello exige poner en práctica una serie de rutinas: Lo primero será identificar los pensamientos negativos que te asaltan y ponerles freno, dando un giro alternativo y optimista al mismo.
Tienes que saber que si cambias tu enfoque negativo por otro más positivo cambiaran tus emociones.
No te tomes las cosas a la tremenda y aprende a relativizar. No dramatices, se indulgente contigo mismo, ríete y tira del sentido del humor.
Por último es importante reflexionar y evaluarse uno mismo, conociendo tus fortalezas, concentrándose en tus habilidades e identificando áreas de mejora que te predispongan al cambio.
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