En tiempos de Crisis y
tribulaciones cobra protagonismo lo esencial. Dejamos a un lado modas,
caprichos y cosas superfluas... Sustituimos lo ilusorio y banal por aquello que de verdad importa y es
beneficioso para nuestras Vidas. Es cuando de verdad tienen relevancia y
echamos mano a nuestros Principios, Valores y Virtudes para hacer frente a la
adversidad y el infortunio.
Hoy voy a mencionar a tres
virtudes: La Fe, La Esperanza y la
Caridad. Virtudes llamadas teologales por la religión católica por ayudarnos a
relacionarnos y acercarnos a Dios.
Pero no voy a referir a ella
desde un punto de vista religioso ni mucho menos teológico. Estas virtudes con
independencia de Credo son virtudes básicas humanas que nos permiten, desde la ética, crecer y
salir adelante cuando todo se tambalea y se derrumba a nuestro alrededor.
La Fe es nuestro pilar de
confianza. Alimenta nuestra constancia, aviva nuestro compromiso fortaleciendo la paciencia y determinación necesaria para luchar con todas nuestras fuerza contra
el desanimo y la desesperación.
La Esperanza es nuestra energía y
fuente de superación. A partir de la aceptación, nos da los ánimos y el aliento
necesario para recuperarse, sin dejación ni abandono, de la
pérdida sufrida y mirar hacia adelante.
Por último pero quizás la mas
importante es la Caridad. La Caridad es nuestro Corazón, germen de amor y sensibilidad. Caridad que nos
recuerda que la Unión hace la Fuerza y que nos impulsa a avivar nuestro
espíritu de servicio siendo generosos y solidarios
para que nadie se quede atrás.
Es en éstos momentos cuando nos
reencontramos con nuestro verdadero yo y
se pone a prueba nuestra fortaleza, valía y personalidad.
Es gratificante ver como la
Pandemia que nos asola, junto a los errores cometidos e incógnitas que nos suscita, ha despertado en
nosotros éstas virtudes, tanto a nivel individual como social, permitiéndonos salir
en un futuro, confiemos cercano, mas unidos y fortalecidos.
¡Juntos podemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario