“La razón por la que las
personas fracasan realmente no es porque pusieron sus metas muy altas y no
llegaron, sino porque las pusieron muy bajas y las alcanzaron “ “.Jordan Belfort
Como en tantos otros ámbitos aquí
se cumple también la Ley del Péndulo.
Hemos pasado de La Cultura del Esfuerzo,
tan presente en la Vida de nuestros Padres y Abuelos a luchar por un nuevo vellocino de oro: El Talento. Nos hemos ido de un extremo
a otro, abandonando el equilibrio tan necesario
en todo.
Las Universidades, calidad al
margen, se han convertido en una factoría de sacar al Mercado, una pléyade de Grados, Licenciados y Doctores. Las
últimas generaciones acumulan cursos, Masteres y postgrados.
La Empresas se
muestran voraces a la hora de demandar y exigir una elevada capacitación (Por pedir que no quede) ,muchas veces nada
acorde con las características del puesto de trabajo que ofrece, provocando desencanto
en nuestros Jóvenes al frustrar sus
expectativas.
De carencia formativa hemos
pasado a la sobresaturación y desperdicio del Talento. Además en todo éste nuevo panorama ha aparecido un nuevo Talón de Aquiles o falla en el Sistema: La fragilidad o poca resistencia de las personas a la hora de encarar
en la “vida real” un problema o dificultad.
Sobreprotegida y educada entre algodones la Juventud de hoy, ejemplo en muchas
cosas, no destaca por su capacidad de “apretarse
los machos” para lograr sus metas. Acostumbrados a tener demasiadas cosas “a
pedir de boca” y exigir sus derechos, olvidando a veces sus obligaciones,
no han desarrollado su resistencia a la frustración
precipitando a las primeras de cambio el abandono
o el conformismo y la resignación.
Llegado éste momento han sonado
todas las alarmas e irrumpe de nuevo con fuerza la idea que nada que merezca la pena se consigue sin
esfuerzo. Y lo que es más importante sólo el esfuerzo sostenido en el
tiempo y la constancia te permite
seguir manteniendo tus opciones de
Éxito.
La carrera por la “Titulitis”, además de costosa, no es
sinónimo de éxito profesional. El Talento, entendido como capacitación o habilidades técnicas ha dejado de ser un factor diferencial en si mismo; necesita
ir acompañado de otras competencias, tales como la Inteligencia y Control Emocional, la Flexibilidad, la Perseverancia
o la Resilencia.
La Cultura del Esfuerzo implica compromiso, disciplina y dedicación. Esforzarte
no sinónimo de sacrificio; es entregarte sin fisuras a tu pasión, a aquello que
amas y quieres conseguir.
Sólo con Esfuerzo podremos sacar a relucir todo nuestro Talento, marcarnos Retos y
dar lo mejor de nosotros mismos.
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