1.31.2018

QUEJICAS Y LLORONES


La Queja es estéril. Actúa y no malgastes energías.

Una de las cualidades mas necesarias de todo Líder es su capacidad de hacer frente a las adversidades y salir a flote de las mismas, la tan traída ahora resilencia que nos señala la importancia de recuperase después de un golpe.

Junto a ella, la fortaleza de carácter unida a la fortaleza moral, dan la verdadera talla de un Líder. La primera nos da la energía y el arresto necesario para perseguir y alcanzar nuestras metas , la segunda nos sostiene frente al fracaso dando sentido a nuestros propósitos y proporcionándonos el autocontrol necesario para seguir haciendo “lo correcto”.

Pero es harto frecuente  ver como muchos “pseudo” Líderes no son capaces de asumir sus responsabilidades, y a la primera de cambio, tratan de “endosarle el muerto” a otro o refugiarse en vulgares lamentos y lloriqueos, mas propios de la Infancia que de la Madurez que requiere todo Directivo.

Estos Directivos cuando tornan mal las cosas y pintan bastos  se derrumban a la primera de cambio, quejándose e intentando justificarse. 

Y no estamos hablando de dar rienda a las emociones,  mostrarse auténticos y vulnerables sino de lamentarse y consolarse tratando de dar pena a si mismos y a los demás.

Dar pena es una manera típica de embaucar y manipular. Frente a eso no está mal hacer oídos sordos y reprochar la actitud poco responsable y madura.

Lamentablemente, a veces, la cosa funciona y se gratifica al “Llorica”, bien sea para aplacarlo y quitárselo del medio o por un equivocado sentimentalismo; y lo que es peor, por exhibir nuestro poder otorgando prebendas  reconfortadoras al “Quejica”.

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