Hay situaciones en las que uno
debe dar un “do de pecho” o la mejor versión de uno mismo. Momentos difíciles,
en los que no valen medias tintas ni labores
de aliño a las que solemos ser tan aficionados para salir del paso.
Si queremos salir airosos y conseguir
nuestros propósitos, muchas veces
nos la tenemos que jugar. Debemos de soltar el freno de mano y avanzar con la confianza
y convicción de que podemos lograrlo.
Lo esencial será tener un propósito o fin
claro; desearlo con todas nuestras fuerzas y cambiar nuestro dialogo interior; abandonar
toda negatividad, creer en nuestras capacidades, dejar a un lado los miedos y tener confianza y, por último, arriesgarse, actuar con decisión y ser
perseverante.
Lo sorprendente es que si
adquirimos ese hábito luego, no nos
costará; formará parte ya de nuestra rutina sacar el máximo partido a nuestras Capacidades. ¡No te conformes con menos¡.
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