4.08.2011

COACHING, ¿PARA QUÉ.....?



"Los coaches ayudan ofreciendo una mirada diferente, para que otros puedan observar sus propias vidas con nuevos ojos, de manera de descubrir interpretaciones que lo conduzcan a cumplir con sus aspiraciones”. (Rafael Echeverría)


Muchos se preguntan que es eso del Coaching, ¿En que consiste? ¿Sirve para algo…? ¿Me puede ser de utilidad? ¿Otro invento de Recursos Humanos? ¿Una moda algo snob..?¿Es como ir al psicólogo? ¿Es un entrenador personal..?..preguntas como éstas que las mas de las veces se efectúan desde la incredulidad y la desconfianza.

Como toda nueva profesión precisa de un proceso de asentamiento y divulgación entre la Sociedad, que permita evitar el confusionismo que existe acerca de lo que es o no es Coaching y consolidar la misma bajo cimientos éticos y profesionales.

Lo que diferencia al Coaching de otras disciplinas es que es un proceso orientado claramente a la consecución de resultados, resultados y metas alcanzados y propuestos por la persona o equipo que contrata  un Coach Profesional.

Desde el punto de vista empresarial, el Directivo de hoy y sus equipos pueden precisar un proceso de Coaching para mejorar su desempeño como líderes y alcanzar aquellos retos y metas marcados tanto por ellos mismos como por la Organización de la que forman parte.

Mediante el proceso de Coaching adquirirá otra perspectiva sobre su desempeño, contara con un Coach que le acompañará en el camino para mejorar su rendimiento y alcanzar los resultados que precisa. El Directivo (En este caso el Coachee) no se sentirá sólo, tendrá a su disposición  una persona (Coach) con la que podrá compartir sus vulnerabilidades, una persona que le enfrentará a sus miedos, que le dará feedback sobre su comportamiento y le ayudará a poner en orden sus prioridades, a vencer sus dudas y gestionar los conflictos que el ejecutivo tiene que abordar satisfactoriamente.

La relación con el Coach le tiene que servir para ser mas consciente del conjunto de valores y creencias limitantes que le hacen percibir la realidad de forma que condiciona y frena su desempeño. El Coach le apoyará en su compromiso, para superar aquellos bloqueos e inseguridades que le frenan, a conocer tanto sus puntos débiles y como fuertes para trabajar los primeros para mejorarlos y apalancarse sobre los segundos para salir airoso de sus metas. El Coach le enfrentará con esa realidad y le ayudará para habilitarle un nuevo escenario de posibilidades, en el que el Directivo será actor y autor al mismo tiempo.

Para otros, el proceso de Coaching les será de suma utilidad para mejorar la confianza en si mismos y generar una fuerza interior que les permita abordar de forma positiva las dificultades que tiene que sortear a partir de su autoconocimiento, aceptación, como paso previo al aprendizaje, y una oportuna gestión de sus emociones y estados de ánimo.

Uno de los puntos cruciales del proceso de Coaching será, para aquellos Directivos que se encuentren con dificultades relacionales, mejorar su capacidad de comunicación e interactuación dentro de la Compañía, tanto con sus jefes como cono sus colaboradores o personas colaterales para gestionar adecuadamente los conflictos, reducir las tensiones que afloren y generar compromisos y adhesiones, en torno al objetivo común.

Señalábamos al principio que no había un autentico proceso de Coaching sino se focalizaba en el cambio de comportamientos y se establecía un plan de acción dirigido a conseguir resultados excepcionales y no predecibles. Para ello es requisito previo que exista una meta a alcanzar, posteriormente se precisa un compromiso por parte del ejecutivo en esforzarse y trabajar para conseguir esa meta y finalmente todo ello se deberá materializar en un plan de acción concreto provisto de indicadores que nos adviertan de su consecución y logro. En todo el proceso el Coach será el acompañante actuando como iluminador y catalizador del cambio del Coachee.

Pero nada de lo anterior sería posible si no se establece como sustento previo una relación de confianza plena ente el Coach y su Coachee. Confianza que se genera desde el mutuo respecto y sinceridad. Confianza que el Coach debe ser capaz de merecerse desde la humildad, además de mostrase creíble y fiable, gracias a su cercanía y actitud empática hacia el Directivo y su Mundo, conectando con su forma de percibirlo, huyendo de juicios previos, de descalificaciones o dudas sobre las posibilidades del Coachee. Y por supuesto manteniendo las más absoluta confidencialidad sobre el proceso.

¿Cuál es el vehículo básico por el cual transita un proceso de Coaching? Nada mas y nada menos que mediante el ejercicio de la conversación, como hacían los antiguos filósofos socráticos, dejándonos transformar con su dialéctica por el poder de la palabra, a descubrir por nosotros mismos las respuestas a las cuestiones que nos acucian. Conversación en la que el Coach estará al servicio del Coachee estando atento, escuchando de forma empática, fluyendo con el Coachee, espejándole y dándoles feedback, reorientando la conversación acompasadamente con el Coachee.

Finalizaremos resaltando que el Coaching tiene que ver con el cambio del tipo de observador que somos, de la forma que percibimos e interpretamos el entorno que nos rodea, del modo en que nos erigimos en constructores de nuestras historias, en la que nos asignamos y repartimos papeles, de la interpretación que hacemos de las cosas que nos suceden y como permitimos que nos afecten. Como consecuencia de variar nuestra mirada encontramos la forma de superar nuestras dificultades y bloqueos culminando en un cambio de hábitos y comportamientos.

Lo que distingue el fracaso del éxito no son las cosas que nos pasan; la diferencia estriba en cómo percibimos "lo que pasa" y qué hacemos en consecuencia.

(Antony Robbins)

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