"De las dificultades nacen milagros". Jean de la Bruyére
Hay a quien le gusta estar
permanente en la disidencia y remando a la contra; quien encuentra en el
escaqueo su modo natural de hacer y comportarse. Estas personas están
instaladas en el reproche, la crítica estéril y la insatisfacción permanente.¡Pues bien!, a esas
personas hay que decirles que ha llegado el momento de arrimar el hombro.
Arrimar el hombro no significa
ser sumisos, sino obedientes, como acto de responsabilidad y afirmación personal.
Arrimar el hombro no implicar acallar la
discrepancia, muy al contrario, arrimar el hombro es estar dispuesto a plantear
acciones, exponer nuestras opiniones y someterlas a la crítica constructiva.
Si queremos salir de la Crisis
precisamos de los esfuerzos y
colaboración de todos y cada uno de nosotros. Es el momento de dar lo mejor de
nosotros mismos apelando a la responsabilidad individual y colectiva. En éstos
momentos, en el que el Estado es nuestra última barrera de defensa, necesitamos
mas Sociedad Civil que nunca. Personas comprometidas que estén dispuestos a ocupar
esferas de la vida social y arrimar el hombro para apuntalar, entre todos, el entramado social y estado de bienestar que
hemos levantado.
Es el momento, de los mas capaces
y mas comprometidos, para guiaros en esta tarea de reconstrucción que tenemos
que emprender, y aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentan.
Aprovechar la oportunidades, que no sacar ventaja los unos a costa de los
otros, para encontrar el círculo virtuoso de la economía y evitar peligroso juego de “suma cero” en el que, cuando mas, únicamente se
resdistribuye sin crear nada.
Es, en estas circunstancias,
cuando precisamos liderazgos fuertes, que no autoritarios, sustentados en una
“autoritas” fundamentada en el saber, la cualificación y confianza que genera.
Un Líder que sea capaz de
concitar adhesiones, pero no en torno a su figura como a veces equivocadamente
se plantea, sino en torno al esfuerzo colectivo que tenemos por delante.
Credibilidad, Humildad y
Confianza son requisitos imprescindibles de todo Líder en los tiempos que
corren. Necesitamos estímulos positivos y motivación, que no parta unicamente del
miedo o la represión. Sólo desde la
sinceridad y la colaboración leal se podrá ejercer la influencia necesaria para
avivar la participación de todos. Pero lamentablemente aquí se podría decir aquellas palabras del ingenioso Hidalgo D. Quijote: ¡”…Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho...!
¡Arrimar el hombro y ,eso si, manteniendo la distancia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario