4.06.2016

CULPAS PROPIAS Y AJENAS


Hay un remedio para la Culpa, reconocerla. Franz Grillparzer

Que inveterada costumbre la de señalar culpas ajenas con tal de no asumir responsabilidad alguna. Ya  señalaba la Biblia lo fácil que nos resulta ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro.

Estamos a menudo prestos a señalar con el dedo acusador y construir un relato tranquilizador que nos exonere de toda culpa. Pase lo que pase, los culpables son otros.

Esta falta de espíritu crítico hace que no reconozcamos nuestras faltas y errores alejándonos de toda posibilidad de mejora y enmienda.

Por otro lado cuando arrojamos permanentemente a otros sentimientos de culpabilidad  estamos manipulando y ejerciendo coacción sobre otras Personas deteriorando seriamente nuestras relaciones de convivencia.

Tampoco es deseable irnos al otro extremo. Hay quien se pasa todo el día echándose la culpa a si mismo erosionando peligrosamente su autoestima y confianza.

Esta continua autoinculpación de todo lo que uno piensa y  le sucede, se convierte en una práctica autodestructiva en la que se alimenta la frustración y el  resentimiento entregando el Poder de nuestras Vidas a los demás.

La clave está en tomar decisiones por uno mismo  y aceptar nuestros errores, asumiendo nuestros actos y las consecuencias de los mismos. 

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