12.08.2013

LA INTRANSIGENCIA


Si eres Flexible te mantendrás Recto. Lao Tse

No voy a hablar aquí de aquella Intransigencia cuando con postura firme defendemos a “capa y espada”, aún a costa de nuestro interés y beneficio, los Principios y Convicciones que se ven amenazados por las exigencias de otros.

Me refiero a otra suerte de Intransigencia, más habitual y cotidiana, como es la que nos lleva a ser inflexibles y no ceder frente a las peticiones de los demás desoyendo sus demandas cuando éstas van en contra de nuestras opiniones y deseos.

La Intransigencia está íntimamente relacionada con la Intolerancia. Mientras la primera es inflexible pudiendo arrastrarnos al inmovilismo y, peor aún, al fundamentalismo la segunda es sectaria, no soportando la diferencia ni mucho menos la disidencia y provocando en nosotros la falta de aceptación de las opiniones ajenas.

Detrás de ambas se oculta el temor a lo nuevo, a lo diferente…. Esconde una inseguridad que nos provoca “miedo a ceder” por parecer mas débiles ante los ojos ajenos. Por otro lado, con ellas, muchas veces ponemos de manifiesto una baja resistencia a la frustración y dificultad para ser asertivos perdiendo la compostura con respuestas coléricas que nos “sacan de nuestras casillas” cuando alguien nos lleva la contraria.

El Soberbio puede caer en la Intransigencia e Intolerancia por su actitud arrogante y prepotente evidenciando una falta de respeto y consideración hacia los demás y sus opiniones.

 Lo mismo le sucede al El Perfeccionista. Su necesidad de tener todo “bajo control” y reforzar su “autoestima” le arrastra a ser tajante en sus opiniones no soportando fácilmente zonas difusas ni ambiguas.

La Intransigencia nos hace ser obstinados, testarudos y tercos; enrocarnos en nuestras posturas y planteamientos empecinándonos en nuestra propia opinión. 

Ésta rigidez mental, falta de flexibilidad y apertura a otros puntos de vista dificulta nuestra capacidad para relacionarnos, conciliar posturas y negociar.

En lugar de ello, al ser intransigentes optamos por el frentismo y la confrontación haciendo gala del rigor y la posesión de la verdad, actitud que nos conduce irreparablemente a cerrarnos a transacciones y acuerdos y en definitiva a perder opciones y oportunidades en la Vida.

En oposición, podemos decantarnos por la comprensión, la concordia, y la tolerancia , aprendiendo a “vivir la realidad “de los otros mejorando el entendimiento y la convivencia entre todos.

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