El comienzo del Nuevo Año suele venir acompañado de un sinfín de buenos propósitos para el año entrante; propósitos que las mas de las veces caen en saco roto, no fructifican o no se llevan realmente a cabo.
No por ello vamos a tirar la toalla de antemano y renunciar a introducir mejoras en nuestro Comportamiento y Estilo de Vida.
La clave estará en mantener una actitud positiva poniendo el foco en aquellas cosas que nos motivan y queremos conseguir en lugar de hacerlo sobre las dificultades, riesgos y fracasos anteriores.
Mirando a nuestro interior podremos identificar que nuevos hábitos o rutinas son necesarios incorporar para alcanzar nuestros deseos averiguando al tiempo que hay que olvidar y dejar atrás.
Nuestra reflexión nos servirá para identificar las Fortalezas propias en las que nos debemos apoyar, los hábitos a conservar sobre los que construiremos los nuevos , así como que cosas nos roban energía, nos frenan y nos hacen perder el Foco alejándonos de nuestros Objetivos y Propósitos.
Para dejar atrás comportamientos improductivos e insanos tendremos que anticiparnos, evitando ir a remoque de las circunstancias actuando obligado por las mismas, romper con las inercias e incorporar de manera gradual nuevas rutinas que nos permitan ir saliendo de manera paulatina de nuestra Zona de Confort.
El siguiente paso será pasar a la Acción, de manera progresiva, una y otra vez; dejando a un lado excusas y tomando riesgos calculados, sabedores que el riesgo es el ingrediente que convierte Oportunidades en Éxitos.
Suerte y buenos propósitos¡
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