El carácter de una persona lo determinan los problemas que no pueden
eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido. Arthur Miller.
Hay Personas que no pueden evitar
meterse en líos e ir de charco en charco. Muestran un compromiso exacerbado que les hace ser entrometidos y sentirse en
la obligación de actuar o dar respuesta dándose casi siempre por “aludidos”.
Su alto grado de implicación, sentido de la responsabilidad
y del riesgo les llevan a entrar
siempre al trapo no rehuyendo los problemas aunque muchas veces provocan conflictos innecesarios o evitables.
A menudo no sopesan las
consecuencias de sus actos provocando, por torpeza, mas problemas de los que
intentan resolver.
Cómo tampoco les gustan las componendas ni andar con paños
calientes prefieren ir directos al
grano lo cual les hacen ser poco “políticos”
y acarreándoles mas de un problema.
Corren el riego de dispersarse, perder el foco y trastocar lo principal con lo
accesorio confundiendo muchas veces
el activismo con la eficacia yendo habitualmente a remolque de la situación.
También suelen crean dependencia en sus Equipos y a menudo caen en la trampa que les tiende sus
colaboradores delegando hacia arriba,
“pasándoles el mono” como coloquialmente
se dice.
Para evitar meterse en todos los charcos, tómate un tiempo y date un respiro antes
de actuar. No te apresures, coge perspectiva,
analiza la situación. Determina la importancia y magnitud del problema
para evaluar su impacto, consecuencias y oportunidad; sólo así
decidirás ¿Cuándo, cómo y quién? debe
actuar.
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