¿Cuántas veces nos hemos sentido Traicionados en nuestro trabajo o vida
diaria? ¿Quizás alguna vez hemos sucumbido ante la Traición? Del Latin ,Tradere
(entregar) la Traición supone
una de las acciones que mas erosionan las relaciones humanas. Pero ¿Es
realmente una Acción o se trata de un Juicio?.
Desde el punto del vista del Traicionado parece claro que es él quien
atribuye una intencionalidad al Traidor, el que enjuicia la acción como tal. ¿Pero qué es lo que nos hace catalogar algo
como un acto de traición?
Como señala Paulo Coelho:”Traición es el
Golpe que no esperamos”., por lo que tiene mucho mas que ver con el Desengaño, o pérdida de nuestra propias esperanzas y expectativas que con el acto en
sí.
Es importante tener presente esto
para enfrentarnos a la emocionalidad de la Traición, poder ponerla a prueba y reponernos de los efectos nocivos de la misma.
No cabe ninguna duda que donde
hay una Traición previamente hubo una
Confianza. Nos sentimos traicionados produciéndose
un quiebre inesperado y juzgamos un hecho como una deslealtad, cuando alguien actúa de
forma contraria a lo esperado o prometido. Esta conducta provoca en nosotros
una ruptura de la Confianza que hemos depositado en la
persona del supuesto Traidor y en la
fidelidad que podíamos esperar o exigir de él.
Son diversas las expresiones y
manifestaciones de la Traición, en un
caso será una mentira, un engaño,una negativa, en otro
será apropiarse del trabajo de uno, o una ruptura de la confidencialidad, una
infidelidad, un fraude…., pero todas tienen en común que se produce una quiebre en nuestra relación afectiva con la otra persona atentando contra valores tan importantes como son la Amistad, la Confianza y el Amor hacia ella.
Otra rasgo común al hecho de traicionar, es el de tomar partido por otros o posicionarse frente a la persona
traicionada, dicho coloquialmente “pasarse
al enemigo”.
Este tipo de Traición se manifiesta cuando se produce un conflicto de lealtades o se éstas enfrentan entre sí. Suelen sufrirla personas
que gustan de formar bandos, demandan adhesiones inquebrantables y cuya última expresión es conocida frase del Evangelio de Lucas: El que no está conmigo, está contra mi.
Esta conducta es propia de personas dogmáticas, dominantes y autoritarias. Revela también un trasfondo de inflexibilidad y rigidez mental, en el que no nos valen las sutilezas
ni medias tintas. Nos aferramos a nuestras creencias
y valores pero paradójicamente es
esta inflexibilidad la que nos conduce con más facilidad al quiebre y ruptura de nuestras convicciones.
Al tiempo puede igualmente evidenciar una
necesidad imperiosa de tener "aliados" y sentirse seguro,hay quien está continuamente viendo fantasmas, bueno en este caso traidores, o un desequilibrio o falta de mesura a la hora de juzgar si somos o hemos estado siendo justamente correspondidos por la otra
persona a la que tachamos de traidora.
Por ello cuando tenemos que responder frente a la Traición lo mas aconsejable sería cuestionarnos si realmente ésta ha existido. Si se quebró alguna promesa hecha o se trataba de un mero deseo, expectativa o ilusión que nos
habíamos creado acerca de la otra persona y su comportamiento esperado. ¿Cuántas veces pecamos de ingenuos o vivimos
en un mundo de fantasías que nos hemos ido creando? ¿Cuántas veces nos
olvidamos que las relaciones afectivas duraderas se sustentan en una mutua confianza y
compromiso reciproco?
Tambien nos preguntaremos si ¿Hemos
estado exigiendo o imponiendo de forma unilateral adhesiones incondicionales y
lealtades no siempre posibles, ni queridas ó deseadas por la otra persona?¿Qué derecho nos arrogamos sobre otros?,
así como reflexionar sobre nuestro caudal
de Generosidad y si el Balance entre nuestro Dar y la expectativa de Recibir está en
consonancia con él.
No debemos de olvidar tampoco ponernos
en lugar de la persona que supuestamente nos ha traicionado. Preguntarnos
acerca de su situación de las posibles necesidades nos ayudará a entender mejor sus
inquietudes y motivos que le han llevado a actuar así.
Eso no nos quitará la decepción que sufrimos, la sensación de
haber recibido un jarro de agua fría,
pero las repuestas anteriores nos pueden servir para liberarnos de las corrosivas emociones propias de la Traición, tales como la frustración, el desengaño, la sorpresa, la
ira, la rabia, la decepción, que dan paso al rencor y por último al deseo intimo de venganza.
Pero lamentablemente la cosa no
queda ahí. La Traición además de
violar la Confianza y destruir el
vínculo que nos une a la otra persona, afecta a nuestra propia personalidad
erosionando nuestra propia autoestima,
sintiéndonos a causa de ella con miedo, inseguros, débiles,
impotentes, humillados…….
Pero si grande es el desconsuelo del Traicionado no menor es el del Traidor,
siendo el único que conoce sus auténticas
inquietudes al hacer lo que hizo. Si realmente alguna vez has tenido la
desgracia de cometer una Traición movido
por tu ego, tu afán de obtener ventaja, o
bien por envidia, codicia, o cualquiera de los otros Pecados Capitales, a la postre, a pesar de tus intentos iniciales
de justificar tu oportunismo y los beneficios inmediatos de su traición, te
acabarás sintiendo indigno, rechazado y
presa del remordimiento.
Por todo ello, para evitar el sufrimiento y la destrucción de la relación, el mejor camino para ambos, Traicionado y
Traidor, es hablarlo, aceptar y ser conscientes de
lo sucedido, mirar hacia adelante y optar por el Perdón. Ofrecer y Pedir Perdón será la mejor
medicina para curar el profundo dolor y “sanarnos” de nuestras
heridas emocionales liberándonos al fin y al cabo de nuestros rencores y remordimientos.
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