5.08.2012

TRAICIÓN O DESENGAÑO



¿Cuántas veces nos hemos sentido Traicionados en nuestro trabajo o vida diaria? ¿Quizás alguna vez hemos sucumbido ante la Traición? Del Latin ,Tradere (entregar) la Traición supone una de las acciones que mas erosionan las relaciones humanas. Pero ¿Es realmente una Acción o se trata de un Juicio?.

Desde el punto del vista del Traicionado parece claro que es él quien atribuye una intencionalidad al Traidor,  el que enjuicia la acción como tal. ¿Pero qué es lo que nos hace catalogar algo como un acto de traición?

Como señala Paulo Coelho:”Traición es el Golpe que no esperamos”., por lo que tiene mucho mas que ver con el Desengaño, o pérdida de nuestra propias esperanzas y expectativas que con el acto en sí.

Es importante tener presente esto para enfrentarnos a la emocionalidad de la Traición, poder ponerla a prueba y reponernos de los efectos nocivos de la misma.

No cabe ninguna duda que donde hay una Traición previamente hubo una Confianza. Nos sentimos traicionados produciéndose un quiebre  inesperado y juzgamos un hecho como una deslealtad, cuando alguien actúa de forma contraria a lo esperado o prometido. Esta conducta provoca en nosotros una ruptura de la Confianza que hemos depositado en la persona del supuesto Traidor y en la fidelidad que podíamos esperar o exigir de él.

Son diversas las expresiones y manifestaciones de la Traición, en un caso será una mentira, un engaño,una negativa, en otro será apropiarse del trabajo de uno, o una ruptura de la confidencialidad, una infidelidad, un fraude…., pero todas tienen en común que se produce una quiebre en nuestra relación afectiva con la otra persona atentando contra valores tan importantes como son la Amistad, la Confianza y el Amor hacia ella.

Otra rasgo común al hecho de traicionar, es el de tomar partido por otros o posicionarse frente a la persona traicionada, dicho coloquialmente “pasarse al enemigo”.

Este tipo de Traición se manifiesta cuando se produce un conflicto de lealtades o se éstas enfrentan entre sí. Suelen sufrirla personas que gustan de  formar bandos, demandan adhesiones inquebrantables y cuya última expresión es conocida frase del Evangelio de Lucas: El que no está conmigo, está contra mi.

Esta conducta  es propia de personas dogmáticas, dominantes y autoritarias. Revela también  un trasfondo de inflexibilidad y rigidez mental, en el que no nos valen las sutilezas ni medias tintas. Nos aferramos a nuestras creencias y valores pero paradójicamente es  esta inflexibilidad la que nos conduce con más facilidad al quiebre y ruptura de nuestras convicciones.

Al tiempo puede igualmente evidenciar una necesidad imperiosa de tener "aliados" y sentirse seguro,hay quien está continuamente viendo fantasmas, bueno en este caso traidores, o un desequilibrio  o falta de mesura a la hora de juzgar si somos o hemos estado siendo justamente correspondidos por la otra persona a la que tachamos de traidora.

Por ello cuando tenemos que responder frente a la Traición lo mas aconsejable sería cuestionarnos si realmente ésta  ha existido. Si se quebró alguna promesa hecha o se trataba de un mero deseo, expectativa o ilusión que nos habíamos creado acerca de la otra persona y su comportamiento esperado. ¿Cuántas veces pecamos de ingenuos o vivimos en un mundo de fantasías que nos hemos ido creando? ¿Cuántas veces nos olvidamos que las relaciones afectivas duraderas  se sustentan en una mutua confianza y compromiso reciproco?

Tambien nos preguntaremos  si ¿Hemos estado exigiendo o imponiendo de forma unilateral adhesiones incondicionales y lealtades no siempre posibles, ni queridas ó deseadas por la otra persona?¿Qué derecho nos arrogamos sobre otros?, así como reflexionar sobre nuestro caudal de Generosidad y si el Balance entre nuestro Dar y la expectativa de Recibir está en consonancia con él.

No debemos de olvidar tampoco ponernos en lugar de la persona que supuestamente nos ha traicionado. Preguntarnos acerca de su situación de las posibles necesidades nos ayudará a entender mejor sus inquietudes y motivos que le han llevado a actuar así.

Eso no nos quitará la decepción que sufrimos, la sensación de haber recibido un jarro de agua fría, pero las repuestas anteriores nos pueden servir para liberarnos  de las corrosivas emociones propias de la Traición, tales como la frustración, el desengaño, la sorpresa, la ira, la rabia, la decepción, que dan paso al rencor y por último al deseo intimo de venganza.

Pero lamentablemente la cosa no queda ahí. La Traición además de violar la Confianza y destruir el vínculo que nos une a la otra persona, afecta a nuestra propia personalidad erosionando nuestra propia autoestima, sintiéndonos a causa de ella con miedo, inseguros, débiles, impotentes, humillados…….

Pero si grande es el desconsuelo del Traicionado no menor es el del Traidor, siendo el único que conoce sus auténticas inquietudes al hacer lo que hizo. Si realmente alguna vez has tenido la desgracia de cometer una Traición movido por tu ego, tu afán de obtener ventaja, o bien por envidia, codicia, o cualquiera de los otros Pecados Capitales, a la postre, a pesar de tus intentos iniciales de justificar tu oportunismo y los beneficios inmediatos de su traición, te acabarás sintiendo indigno, rechazado y presa del remordimiento.

Por todo  ello, para evitar el sufrimiento y la destrucción de la relación, el mejor camino para ambos, Traicionado y Traidor, es hablarlo, aceptar y ser conscientes de lo sucedido, mirar hacia adelante y optar por el Perdón. Ofrecer y Pedir Perdón será la mejor medicina para curar el profundo dolor y “sanarnos” de nuestras heridas emocionales  liberándonos al fin y al cabo  de nuestros rencores y remordimientos.

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