La Confianza sirve en
las conversaciones más que el ingenio. François
de la Rochefoucauld.
El ingrediente fundamental de
toda Conversación es la Empatía, sin ella, no es posible estar
en la “misma Onda”, fluir con el otro y conversar de manera
eficaz.
Conversaciones imposibles son, las que amén de no estar presente en
ellas la Empatía, alguno o todos de
los hipotéticos Conversantes no quieren o no están preparados para
mantenerlas; aquellas en las que no hay detrás un posible interés mutuo, o aquellas otras que basadas
en el frentismo o imposición son utilizadas para doblegar o imponer unos criterios sobre otros.
Para que una Conversación sea posible
y eficaz hay que hacerla desde la emocionalidad adecuada al propósito de la misma. Es importante tener
un objetivo claro y que tus emociones no contradigan ni traicionen
el sentido de tus palabras.
Ello no siempre es posible y hay
que tomarse un tiempo o buscar el momento adecuado, siendo a veces necesario buscar ayuda en un Mediador o Facilitador que nos permita “salir
del atasco” ya que nos incomoda o rechazamos enfrentarnos
a una conversación difícil o embarazosa en la que sentimos
que “corremos riegos”, involucrando sentimientos y emociones contradictorios que pueden llegar a poner en juego
nuestra propia Identidad.
Pero mucho peor
es postergarla irremediablemente “sine die” sin cerrar el círculo, poder completarse
y pasar página.
Para iniciar una Conversación tenemos que ser flexibles, huir de imposiciones y estar dispuestos a abrirnos a los demás, dejándonos transformar (Con-versare)
por “el otro” así como preparados
para asumir nuestra parte de responsabilidad actuando en consecuencia.
Nos centraremos en Hechos, dejando atrás suposiciones e interpretaciones, sin atribuir intenciones
y/o señalar culpas propias y ajenas.
Hablaremos siempre desde nuestra necesidad a la necesidad del
otro, tratando de encontrar un terreno
o propósito común que facilite
el acuerdo a futuro.
En nuestra Conversación, si no queremos que sea un soliloquio, daremos espacios
para nuestro interlocutor. Dejaremos de centrarnos en nosotros mismos y, desde
su propio punto de vista, escucharemos a su necesidad.
También si queremos que sea
productiva y no se quede en una mera queja o puesta en “marcha del ventilador” hacemos
peticiones claras y concretas sin olvidar preguntarse ¿Qué puedo hacer yo por mi mismo sin que el otro haga?
Y para que el resultado de la Conversación sea mas poderoso y duradero tiene que estar presidida por la Sinceridad y el Respecto. Cuanto mas autonomía y libertad tengamos y mas se
acerque lo que decimos a lo que pensamos mas franco y fructífero será
el Dialogo.
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