El que todo lo aplaza
no dejará nada concluido ni perfecto. Demócrito de Abdera
Hoy quiero compartir con vosotros
otro de los pecados capitales, el séptimo,
que viene al pelo en éste caluroso y seco verano,
me refiero a La Pereza.
Son fechas para el esparcimiento, la diversión y la ociosidad
en la que todos en algún que otro momento nos dejamos llevar por un cierta holgazanería. Pero no debemos confundir El Ocio con La Pereza.
Mientras que el primero nos permite hacer un alto en nuestra actividad y hace
mención al descanso, al tiempo libre para el recreo, La Pereza nos sumerge en un estado de ánimo presidido por la tristeza y abatimiento.
La persona perezosa cae en una
especie de apatía, tanto física como mental y espiritual que le priva
de energía, motivación y le puede desencadenar “cronificada” un estado profundo de desesperanza y remordimiento.
Pero ¿Qué se esconde detrás de La Pereza?¿Cuáles son sus consecuencias?¿Cómo
podemos combatirla?
La Indolencia, con su
falta de sensibilidad, y La Indecisión,
con su falta de determinación y La Dejadez,
con su placentera monotonía, hacen que La
Pereza se reafirme en su estado de
inacción.
La falta de estímulo a la hora de acometer una tarea, el desequilibrio entre las ventajas y beneficios que somos capaces
a visualizar frente al esfuerzo que
nos va suponer, hace que nos mostremos
perezosos y recelosos en su comienzo, prefiriendo evadirnos
o auto engañarnos aparcándolo o
posponiéndolo para un mas tarde que las
mas de la veces se convierte en nunca.
La falta de confianza en nuestras fuerzas, en nuestras posibilidades
puede provocar en nosotros un estado de
temor, que bloquea nuestra acción y se viste con el traje de la pereza. En este caso nuestra inactividad es fruto de nuestros miedos, a no saber hacer tal o cual
cosa, a no dar la talla o defraudar las esperanzas depositadas en nosotros.
La monotonía nos lleva a la dejadez
haciéndonos caer en un estado contemplativo
que puede desembocar en el descuido
y desinterés por lo que nos rodea atacándonos
la voluntad y conduciéndonos lentamente
a remolque de los aconteceres.
Nada bueno nos depara La Pereza. Su aparente y placentero estado de letargo hará que
nos comportemos de manera negligente
y desidiosa descuidando nuestras verdaderas
obligaciones. Y lo que es peor que nos
refugiemos en otras actividades “improductivas” empleando nuestro tiempo en distracciones que nos alejan de nuestro verdadero cometido.
La Pereza es la antítesis de
la Proactividad. Como tal nos lleva a Procrastinar,
a postergar o aplazar. Ese no hacer las cosas debidas a su debido tiempo hace
que todo se os vuelva mas cuesta arriba, que los problemas por no atajarlos a
tiempo engorden, que en definitiva vayamos siempre a remolque y no sepamos
conducir nuestra podría Vida.
La Pereza elige el camino más
fácil, rehuye el esfuerzo y pone coto a nuestras ambiciones y deseos. Como
señala el Libro de los Proverbios : El
deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar. Aunque como todo tiene su reverso me viene a la memoria la frase Bill Gates cuando decía : "Yo siempre elijo a una perezoso para hacer un trabajo díficil, ya que éste encontrará la manera de hacerlo fácil"
En todo caso, por acertado e ingenioso que esté Bill Gates, no cabe duda que uno de los grandes enemigos del trabajo
bien hecho es La Pereza la cual a pesar de su apatía se muestra presurosa
con tal de acabar pronto sin importarle mucho el resultado . El Perezoso huye de la Excelencia y actúa a su pesar forzado por la Obligación en lugar de la Convicción.
Entonces¿Cómo hacer frente a la Pereza? ¿Cómo sacudirse de su encantamiento?
Si hacemos caso del Catecismo Católico a los Pecados Capitales
se les combate practicando la Virtudes Capitales, en este caso a La Pereza se le combatiría con La Diligencia. Ello implica cuando
sintamos que La Pereza hace
presencia que salgamos de nuestro caparazón y actuemos siendo proactivos,
estando prestos a hacer las cosas con entusiasmo
y dedicación.
Cultivar la curiosidad, rodearnos de compañías
estimulantes y la disciplina nos ayudarán en nuestro cometido. El ejercicio
físico será un importante aliado en la lucha contra la Pereza, el cual
demás de fortalecer la Voluntad estimulará
las mitocondrias cedulares quienes
nos darán la energía necesaria que
precisa nuestro Organismo.
Por último no podemos olvidarnos
que del enemigo mas importante de La
Pereza: La Ambición.
Haremos frente a La Pereza poniéndonos
retos, metas y objetivos. Teniendo
una Visión y planificando nuestros pasos hacia ella. Si ponemos acción a nuestros
sueños encontraremos la energía que nos falta para combatir la Pereza
y desafiar nuestros miedos.
Cuando vayas a comenzar tu andadura recuerda
la frase del filósofo Chino Lao-Tsé: Un
Viaje de mil millas comienza con un primer Paso
1 comentario:
Muy buena síntesis y además indicando los contrarios, lo que da guía para poder salvar este problema, porque es un problema para nuestro desarrollo personal dejarnos caer en este pecado.
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