Si la verdad fuera
evidente por sí misma, la elocuencia no sería necesaria. Marco Tulio Cicerón
Algunos hemos tenido la suerte de
encontrarnos con un Jefe que tenía un
“pico de oro” y poseía el Don de la Expresión.
Este tipo de Jefes tienen la capacidad con
sus palabras, gestos y comportamiento nutrir de inspiración y entusiasmo
a sus Equipos.
Los Jefes Elocuentes son maestros
en el Arte de la Persuasión. Son
capaces con su discurso de aunar y mover voluntades.
Utilizan el Lenguaje con brillantez expresándose con sencillez, precisión y claridad.
A pesar de tener mucha labia y ser capaces de “llevarte al huerto” venciendo resistencias
iniciales, no incurren en promiscuidad verbal
y verborrea.
Tampoco son charlatanes de feria o encantadores
de serpientes que te embaucan con
sus palabras intentando “venderte la moto” a base de discursos huecos y artificiales.
Su Liderazgo se basa en el
servicio a los demás, el compromiso y la autenticidad respaldado por una buena capacidad de comunicación y empatía.
Pero no te preocupes si no tienes
el Don de la Elocuencia. Decía William Sakespeare: la Acción es Elocuencia. Recuerda que
tus hechos son tu mejor palabra.
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