Conocíamos que los Clientes
eran nuestros Jefes, ahora sabemos que nuestros Jefes son nuestros mejores Clientes.
Es notorio que una de las
principales causas de satisfacción/
insatisfacción laboral es la relación que tenemos con nuestros Jefes; por otro lado ha cambiado mucho
la situación en la que uno permanecía años en la misma Empresa bajo un
compromiso tácito de lealtad y protección.
Han variado los roles de cómo debe
ser un Jefe y que se espera de un Colaborador (Hasta hace bien poco llamado subordinado), y con ellos, todo un
sistema de creencias dentro de la Empresa.
El cambio constante, el entorno
competitivo y la volatilidad en el Empleo han puesto de relieve el concepto de Empleabilidad por el que uno es capaz de incorporarse y mantenerse
de manera adaptativa al Mercado Laboral.
Empleabilidad que nos exige un ajuste
permanente y puesta al día de
nuestras capacidades y habilidades o competencias, de tal
manera, que resultemos en todo momento “atractivos”
y competitivos profesionalmente.
Una vez que hemos superado todos
los Procesos, internos o
externos, y para acceder a un Puesto de Trabajo tenemos otro reto por delante: Llevarnos bien con
nuestro Jefe y convertirlo en nuestro
prescriptor y mejor aliado; no en vano de él depende, en
gran medida y en primera instancia, nuestra carrera
profesional, ascensos, reconocimientos, entre otros aspectos.
La mejor forma de conseguirlo es
establecer un marco de relación sostenible y satisfactorio para ambos, revisando algunos paradigmas basados la autoridad
y la obediencia y dejando a un lado antiguos arquetipos en
los que la bondad y éxito de una relación con el Jefe se sostenía en la amistad,
fidelidad, sumisión o vasallaje.
Marco de relación basado en una relación de adultos, presidido por la confianza y respeto profesional en que se deben alinear y conciliar expectativas
y cumplir con las obligaciones de
cada uno.
De ahí la importancia de conocer,
como si de un cliente se tratara, sus
necesidades; de conocer los objetivos
y retos que tiene por delante; de entender
sus miedos y preocupaciones; y pensar en
ti como tu mejor negocio y en tu
trabajo como si fuera un Servicio que ofrecer.
Tu Empleabilidad a futuro no sólo dependerá de ir por delante en tu desarrollo y actualización profesional, también será resultado de conocer y dar
la respuesta adecuada a cuestiones tales como : ¿Qué necesita de ti tu Jefe para conseguir sus propósitos? ¿Qué le
puedes ofrecer? ¿Cómo puede contribuir mejor al cumplimiento de sus objetivos? ¿Cuales son sus debilidades y como le puedes reforzar?¿Cómo te ve y que piensa de ti como”proveedor”/satisfactor” de
sus necesidades.? ¿Quiénes son mis competidores? ¿Cómo evolucionarán a futuro? ¿Me pueden sustituir?.¿Qué debo
hacer para mejorar mi oferta?¿Que cosas nuevas necesito aprender y ofrecer?.....
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