La excesiva Permisividad corrompe
la Bondad creando una falsa ilusión de Libertad
Como casi todo en la Vida, la Virtud suele estar en el punto medio, en el equilibrio, en saber adaptarse
al entorno y sus circunstancias.
Esto mismo sucede con la Permisividad. Un exceso
de Permisividad provoca relajamiento, confusión e inequidad mientras
que, por el contrario, cuando uno no es
nada permisivo y carece de la flexibilidad
necesaria para conceder algo y permitir saltarse la norma , cuando
las circunstancias lo aconsejan, se convierte en una persona autoritaria, intolerante y excesivamente
rígida.
Ser permisivo funciona mejor con entornos positivos o personas
maduras y “preparadas” a las que
se da libertad, autonomía y el margen necesario para llevar a cabo los objetivos encomendados permitiendo
salirse de la hoja de ruta si fuera
preciso.
Por el contrario en entornos desfavorables y hostiles , cuando pecamos de Ser permisivos, podemos perder el Control de la Situación teniendo dificultad para dar marcha atrás y poner las cosas de nuevo en su sitio.
Mostrarse excesivamente permisivo con personas
poco responsables, inmaduras y escasamente capacitadas conduce a
pobres o nulos resultados.
Por otro lado éstas, pueden creer, erróneamente
o no, que flaqueamos y mostramos debilidad,
llegando a incómodas situaciones resumidas en la frase gráfica que damos la mano y te toman el pie.
Ser permisivo y tolerante,
respetando las actitudes y parecer el ajeno dentro de lo que es lícito, es bueno; pero
no hay que confundirlo con Ser un consentidor
, calificativo en el que se incurre cuando uno consiente y permite determinado comportamiento indeseado aún a
sabiendas que debe impedirlo o poner
freno al mismo . El Consentidor hace dejación de su responsabilidad, “abandona el puesto” y no sabe decir que no cuando debe.
Tampoco debemos confundir Permitir con Comprender. Ser compresivo es
ponerse en el lugar de alguien, entender
su propio punto de vista, sus circunstancias y de donde viene; pero ello no
implica Ser permisivo con conductas ilícitas,
perniciosas e indeseadas, por el bien de
la persona y en su caso el Equipo en su conjunto.
En resumen ¡Tolerancia si ¡, pero con límites. Es importante ser flexible marcando siempre de antemano las líneas rojas, para que nadie se llame a
engaño y sepa a que atenerse. Hay determinadas actitudes y comportamientos con los que no se puede ni debe transigir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario