4.15.2015

LA CULTURA LIGHT


Todo vale para aquel que no sabe apreciar el verdadero valor de la cosas autenticas

La Cultura  Light ha irrumpido en nuestras Vidas y no sólo en lo que se refiere a la alimentación y bebidas.

Apostamos por la Ley del mínimo esfuerzo y la asepsia en las Relaciones. La moda de lo desnatado y descafeinado hace que nuestra experiencia con otras Personas esté presidida por la pasividad, la falta de sustancia y despersonalización.

Vamos surfeando por los acontecimientos, sin mojarnos apenas ni cuestionarnos las cosas, teniendo la sensación de estar siempre de paso a la vez, y cosa curiosa, al tiempo de estar de vuelta de todo.

A la menor ocasión que se nos presenta optamos por escurrir el bulto eludiendo nuestro compromiso y responsabilidad.

Tenemos miedo al compromiso; a establecer lazos y preferimos pasar de puntillas sin hacer apenas ruido, no se nos note demasiado.

Lo Light contradictoriamente suele ir  acompañado por un sinfín de refuerzos artificiales, a modo de suplementos vitamínicos o “chutes”, que ponemos en nuestras Vidas y una alarmante necesidad  o gusto por los sucedáneos y estética Kitsch para paliar la  falta de entidad, carencia de  valor y autenticidad.

Nos refugiamos en relaciones virtuales o epidérmicas en lugar de implicarnos personalmente con la gente con la que convivimos habitualmente.

Tratamos de mostrar un “perfil bajo” con el ánimo de controlar nuestros emociones y sentimientos no vaya a ser que “se desboquen” y soltemos las riendas de la situación.

Pero a menudo olvidamos que a fuer  de  ser livianos, estar a la defensiva y “tomar distancia” en las relaciones, evitando tejer vínculos que nos aten o nos comprometan demasiado,  corremos el riesgo de ser espectadores de nuestra Vida y quedar solos y aislados. Como decía el filósofo Jean Paul Sartre una Vida sin Compromiso es una Vida Desarraigada. 

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