El maestro mediocre,
dice. El buen maestro, explica. El maestro superior, demuestra. El gran
maestro, inspira. William Arthur
Ward.
El Secreto que se esconde detrás de muchas Compañías exitosas, es su capacidad para movilizar el compromiso de sus Empleados.
Esto es precisamente lo que les diferencia de sus competidores y define su ventaja competitiva sostenible en el
tiempo.
La excelencia en el producto, su eficiencia
operativa, su productividad o su
calidad de servicio no son sino el
resultado de un Equipo de Personas comprometidas con su Trabajo y su
Empresa.
Detrás de un Cliente satisfecho hay un Empleado satisfecho, circunstancia
especialmente clara en aquellas empresas cuya razón de ser es prestar un Servicio
al Cliente. Pero también esta premisa se cumple en otro tipo de empresas manufactureras que
persiguen ofrecer el mejor producto a su cliente y mejorar su funcionalidad
para cubrir sobradamente sus expectativas.
Por ello como Directivos uno de nuestros principales Retos y cometidos será crear las condiciones
necesarias para comprometer el Talento y
el Corazón de la Gente que
trabaja con nosotros movilizando todo
su saber y energía en torno a un Proyecto
común.
No existe una receta mágica para conseguirlo y es
resultado de una combinación de
muchos factores que bien gestionados
darán el resultado deseado.
Las Personas nos comprometemos
con aquello en lo que creemos, nos implicamos con aquellas cosas que hacemos bien. Nos alineamos con aquellas causas que nos
parecen justas y útiles para la sociedad. Nos ilusionamos con aquellos Proyectos que nos resultan atractivos en los nos “sentimos” valiosos, apreciados y
nos demandan lo mejor de nosotros.
Será crítico entonces que
consigamos que las Personas de nuestra
Empresa se sientan orgullosos de trabajar en ella creando
una Visión ilusionante y retadora en torno al Proyecto para luego desarrollar su Sentido de Pertenencia al mismo y
generar la conciencia de Equipo que trabaja cohesionado en torno a unos objetivos
personales y empresariales coherentes y
no contradictorios entre sí.
Tenemos que procurar las condiciones anímicas y operativas para
darles confianza y que puedan
desarrollar su trabajo eficazmente
con autonomía y creatividad. Deben de sentir que nos importan como Personas
y que son reconocidos y recompensados de acuerdo a sus logros y aportaciones.
Como Directivos nos tienen que ver a su vez como Personas, que sabemos hacer
nuestro Oficio que le apoyamos
en su trabajo y que estamos comprometidas
con su causa que igualmente es la nuestra.
Nuestro Mensaje no debe ser ambiguo ni mucho menos con dobleces. Nuestro comportamiento debe de estar presidido por la Autenticidad y la Ética.
Sólo así despertaremos la Responsabilidad y Motivación de nuestro Equipo que dará como fruto la Movilización de su Compromiso
y la Excelencia de su Trabajo.
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