6.21.2012

LA SOLEDAD DEL DIRECTIVO





La Soledad persigue a aquellas Personas que no tienen a nadie ni nada que compartir. Ni siquiera con ellos mismos.

Se trata de ¿Un tópico o una  realidad? ¿Está provocada o es inherente a la función? La respuesta que podríamos dar utilizando una frase castiza es que de todo un poco, como en Botica.

Partiendo del hecho que la Soledad en si misma es una experiencia subjetiva sentirnos solos va a depender en gran medida de nosotros mismos pero también es cierto que dependiendo del tipo de Cultura Corporativa imperante en la Organización así serán los juegos de poder dentro de la Empresa, el estilo de Liderazgo y el proceso de toma de decisiones aspectos que van a influir sin duda en nuestra percepción  de la Soledad.

Lamentablemente no todos Directivos conciben el Poder  y su ejercicio de la misma manera. Mientras unos observan el Poder como una fuente de beneficio propio otros lo consideran, mas acertadamente en mi opinión, como la facultad y responsabilidad de prestar un servicio a los demás. Lo mismo podemos decir de la forma en la unos y otros se comportan como Directivos. Para unos su cargo le hace ser distantes, autoritarios o incluso excluyentes, mientras  por el contrario otros lo entienden como un ejercicio en el que cabe la participación y solidaridad.

Por otra parte hay Culturas Corporativas que ponen el acento en el individualismo pudiendo precipitar esa sensación de soledad o desamparo, mientras que otras son más gregarias o grupales en las que uno como Directivo se puede sentir más arropado.

En las primeras se demanda un liderazgo fuerte con capacidad de decisión,  rapidez de respuesta y énfasis en el rendimiento mientras que en la segundas se busca la cohesión, la participación de todos, las decisiones por consenso encontrando muchas veces soluciones de compromiso.

Todo ello hace que el terreno de cultivo para que aflore la percepción de Soledad en el Directivo sean diferente en una u otra Compañía.

Cuando antes mencionaba a la Soledad como experiencia subjetiva, quiero referirme a la Soledad Emocional, no importa lo acompañados o solos que físicamente estemos. Esa Soledad que nos hace sentirnos incomprendidos, sin soporte, faltos del apoyo y la confianza de alguien con quien compartir nuestras experiencias, expresar nuestros verdaderos sentimientos y manifestarles nuestras dudas o temores.

Está claro que el ejercicio del Mando exige además de temple y determinación a la hora de tomar decisiones cierta distancia, que no lejanía, para no caer en excesos de familiaridad, falsos colegueos y abusos de confianza, pero ello no es óbice para que estemos cercanos emocionalmente a nuestros Compañeros y Equipos, dispuestos a prestarles el apoyo y soporte necesario.

Podemos sentir la Soledad, incluso sentirnos rechazados, cuando nos incorporamos a un nuevo Equipo o cambiamos de Empresa, pero también es cierto que  muchas veces nos sentimos solos simplemente a causa de nuestras inseguridades, nuestro miedo a arriesgar, nuestra incapacidad a mostrarnos vulnerables y a exponernos o comprometernos abiertamente ante los demás.

Es esta actitud de misterio y repliegue sobre nosotros, los que nos convierte a los ojos de nuestros compañeros como distantes, reservados e incluso agresivos.

Frente a esta actitud de cerrazón, que provoca aislamiento, distorsión de la realidad, inseguridad e incluso angustia, tenemos su contraria: La Apertura hacia los demás.

Se trata de asumir las Responsabilidades Directivas con Confianza. Ser Jefe, como alguna vez he escuchado, no es tener a mano todas las respuestas, ni estar siempre acertado. Tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones y atreverse a mostrar nuestras vulnerabilidades.

Ser Jefe, implica convertirse en un Líder capaz de aunar voluntades y movilizar tanto esfuerzos como capacidades en torno a una visión y objetivo común. Y eso se consigue de manera sostenible y eficaz mediante una actitud abierta, comunicando y dando participación, estimulando y compartiendo emociones, solicitando opiniones, demandando y proporcionando apoyos…..

Si no quieres caer en las Garras de la Soledad, crea una red de vínculos y lazos que te proporcionen el soporte emocional cuando lo precises.

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