La combinación Coaching
Ejecutivo y Mentoring en adecuadas proporciones se revela como un cocktail cada vez mas apreciado por los
Departamentos de RR.HH. a la hora de abordar
y acelerar los Procesos de Desarrollo personal para sus Directivos más jóvenes o noveles.
Para los que nos estéis
familiarizados con éste término decir que proviene de Mentor, el personaje griego de la Odisea al cual Ulises encargó
antes de partir para Troya, la educación de su hijo Telémaco, ejerciendo de ésta manera Mentor el papel de tutor y preceptor
del futuro Rey de Itaca.
Por su parte el vocablo inglés Coaching, muy utilizado en la práctica deportiva (coach = entrenador) proviene de la ciudad húngara
de Kocs, donde los Coaches eran los conductores de los
carruajes quienes acompañaban y llevaban a su destino a los viajeros.
En el Mentoring el Directivo es asistido de forma personalizada por un profesional experimentado para
desarrollar sus habilidades, capacidades y conocimientos que le permitan
desempeñar mejor su función. El Mentor comparte su experiencia y conocimientos con el Directivo para facilitar el
aprendizaje de nuevos comportamientos.
Ambos “métodos” están orientados al cambio
de comportamientos, la mejora del rendimiento y la consecución de los objetivos
del Directivo, compartiendo muchas similitudes.
Como en el Coaching, el Directivo
se responsabiliza del proceso de autodescubrimiento y aprendizaje personal
constituyendo la relación interpersonal,
el diálogo
y la confianza mutua los pilares del mismo.
Igualmente el Coach o Mentor, se comprometen con el compromiso del Directivo sirviéndole de inspirador, facilitador e impulsor para superar los retos a los que éste se enfrenta.
En el Coaching el Coach hará mas preguntas que afirmaciones, evitará dar opiniones y consejos dejando que sea el Directivo con el apoyo de su feedback quien encuentre
por si mismo las respuestas y soluciones que precisa.
Por el contrario en el Mentoring se hace un Coaching mas “directivo o dirigido”, siendo el Ejecutivo el que se sirve en su aprendizaje además de su toma de conciencia e “insights”, de los consejos y experiencia de la persona que le asiste en el Proceso de Mejora.
Por el contrario en el Mentoring se hace un Coaching mas “directivo o dirigido”, siendo el Ejecutivo el que se sirve en su aprendizaje además de su toma de conciencia e “insights”, de los consejos y experiencia de la persona que le asiste en el Proceso de Mejora.
A diferencia del Coaching el Mentor debe ser una persona con experiencia previa relevante
como directivo o en el ámbito
profesional del Directivo afín ganarse
el reconocimiento y la influencia de éste de manera que su guía, orientación y consejos sean primero reconocidos, luego
aceptados y por último útiles para
su Desarrollo Profesional. De alguna manera el Mentor por su bagaje profesional, experiencia y pautas se constituye como un modelo
a seguir.
De ésta manera se suele en último
término decir, salvando las diferencias de grado, que todo
Mentor podría ejercer como Coach y pero no todo Coach podría ser un Mentor.
No es mi propósito defender aquí cual
es mejor método o entrar en polémicas sobre la utilización purista de uno u otro. Dependerá de cada caso y
circunstancias, pero ambos, por si solos o
en combinación, han demostrado ser probadas y eficaces herramientas para la
mejora del desempeño de un Directivo. Como dice el proverbio Chino: ¿Que importa si es gato negro o gato blanco si ambos cazan ratones?
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