Detente un momento y piensa si
eres de esas personas vitalistas y apasionadas que se ilusionan a cada día con un
nuevo proyecto o iniciativa; que les gusta comprometerse y apoyar a distintas causas;
o por el contrario, te pasas todo el día criticando a los demás; quejándote o
desconfiando de su comportamiento; llevando la contraria por sistema o pensando en las consecuencias negativas de tal
o cual acción.
Estar a favor, no supone seguidismo ni actitud conformista; implica dejar a un lado la neutralidad, definirse y apostar por algo o alguien.
Supone una postura vital de apertura,
disponibilidad y predisposición que nos lleva a
relacionarnos con las Personas y
posicionarnos frente a las cosas de una manera constructiva.
Cuando estamos a favor de algo estimulamos nuestra creatividad, aliviamos resistencias
y canalizamos nuestra energía a favor de maniobra poniendo el énfasis en las oportunidades y las soluciones
mas que en las dificultades y los
problemas.
Frente a esa actitud positiva y optimista en la que tomas partido por lo que te gusta
y quieres existe otra mas dañina y destructiva en
la que pones tu foco en los aspectos negativos
y no deseados.
Si andas habitualmente malhumorado, te gusta a menudo oponerte o llevar la contraria y enfrascarte en
discusiones estériles mostrando una actitud hostil y de rechazo frente
la Vida,¡ Ten cuidado¡. Este "frentismo" y
nadar
siempre contra corriente, te hará infeliz y provocará toxicidad y desgaste interpersonal.
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