Sólo existen dos días del año en los que nada puede ser hecho. Uno se llama ayer y el otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer, y principalmente, vivir. Dalai Lama
Que fácil de decir y muchas veces que difícil de conseguir algo aparentemente tan simple como es sentirme bien, tanto en el plano físico, de nuestro cuerpo, de nuestra salud, de nuestras sensaciones, como el mas intrapersonal o espiritual que consiste en sentirse bien con un mismo. Aceptarse, reconciliarse con uno mismo y quererse tal como uno es.
Desde nuestra tierna infancia nos van educando para liberarnos e independizaros, en eso consiste en gran medida la socialización, de nuestro ego, ese con el que nacemos y que tan necesario fue, es y será para nuestra supervivencia. Enseñanzas que han puesto el foco en un mundo externo a nosotros, ese donde tenemos que relacionarnos y sobrevivir, conducentes a posponer nuestra satisfacción mas o menos inmediata por un bien superior reprimiendo nuestros impulsos mas primarios.
Por otra parte la educación judeo cristiana de la que somos en gran medida deudos y rehenes nos ha inculcado en nuestra conciencia intima la idea del pecado original, por el cual todos somos en origen culpables y por lo tanto debemos de redimirnos a los ojos del Dios Supremo mediante el virtuosismo, la renuncia y el sacrificio. Ello es así de manera que los placeres de la vida se estigmatizan asociándose al concepto de pecado y todo aquello que no se obtiene por el esfuerzo y el sacrificio no es digno ni valioso. Su postulado es esta vida terrenal es un valle de lágrimas y la recompensa la obtendremos en la vida eterna
Todo ello, unido a la época histórica que nos ha tocado vivir, en la que el Capitalismo liberal imperante proclama la selección natural en base a las reglas de la competencia y el mercado, y nuestro auténtico valor, viene medido y resulta de nuestra competitividad, hace que sea complicado disfrutar de un estado de ánimo propio de bienestar y equilibrio personal.
Tan es así que sentimos que somos lo que tenemos y somos capaces de tener, nuestra confianza y autoestima se ve continuamente amenazada por el temor a perder lo que tenemos o no conseguir lo que deseamos, o lo que es peor, lo que otros desean para nosotros y de paso ,de forma manipuladora, les sirva de beneficio a ellos. En definitiva hemos entregado nuestro poder y soberanía personal a los demás, viviendo en un estado de dependencia exterior inquietante.
Es urgente que recuperemos de nuevo ese poder paran nosotros, que no seamos esclavos emocionales de todo lo externo a nuestro Ser. Tenemos que pasar de vernos como victimas a convertirnos en verdaderos protagonistas de nuestra vida. Pongámonos por delante sin sentirnos culpables por ello. No nos veamos como fracasados si no conseguimos lo que se espera, muchas veces de forma maniquea, de nosotros. Escapemos de los chantaje emocionales a los que habitualmente nos someten nuestros jefes, amigos y familiares y aprendamos a guiarnos con asertividad precisa para tener un verdadero autocontrol de nuestra propia existencia. No nos sintamos mal por todo y todos…
Aprendamos a conocernos, a tomar conciencia y perspectiva de nosotros mismos, a observarnos, contemplarnos y por último aceptarnos tal como somos. Dediquemos un breve momento diario sólo para nosotros mismos, un espacio en el que reflexionemos sobre nuestra vida y las cosas que nos suceden, en el que escuchemos nuestras necesidades y nos pongamos a analizar nuestros sentimientos e identificar nuestras emociones. ¿Qué siento? ¿Para que siento lo que estoy sintiendo? ¿Cuál es el estado emocional en el que vivo?¿Que me falta?¿Que voces interiores no estoy escuchando?¿Que aprecio de verdad en la vida? ¿Mis compromisos responden a mis valores?¿Qué cosas estoy desatendiendo? ¿Qué necesito?
Recuperar el poder y el control de nuestra vida emocional pasa por conocerse y aceptarse, de forma serena y positiva, aprender a convivir con nuestras fortalezas y debilidades y a partir de ellas empezar a reconstruir nuestra vida.
Para sentirme bien, debemos de atraer y apoyarnos en todos aquellos pensamientos positivos que nos habilitan para ser mejores y desterrar aquellos que nos alejan de nuestras metas. Es aprender a valorarnos, a quedarnos con lo bueno, con la botella medio llena en lugar de la botella medio vacía, es poner el acento en los logros, en los que tenemos y no en nuestras carencias, es disfrutar de las muchas cosas buenas y maravillosas que pasan en nuestras vidas, aprender a reconocerlas y llenarnos de gratitud por ello. ¡ Yo decido con qué pensamientos me quiero quedar¡
Sentirme bien pasa por cuidar de mi mismo, tratarme como me gustaría que me trataran a mi y permitirme de vez en cuando darme un gustazo una pequeña satisfacción. De eso las mujeres saben mucho mas que los hombres, arreglándose y poniéndose guapas, comprándose un trapito, etc…son pequeñas satisfacciones y cosas tales como comprarnos un CD y escuchar nuestra música favorita, ir a cenar a un restaurante especial, darnos un paseo por el campo, ir a ver un concierto, salir del trabajo antes para ir al gimnasio, tomarnos un día libre, recibir un masaje, hacernos un regalo, … hacen que uno se sienta mejor y que cada día sea algo especial. ¡No te culpes por ello…te lo mereces.!
Tampoco nos podemos sentir bien, cuando no vivimos la vida de manera auténtica, cuando somos una especie de fraude, frente a nosotros y los demás, cuando no escuchamos nuestra voz interior y nos comportamos distantes y alejados de nuestras convicciones y emociones. Incurrimos entonces en una disociación que nos genera estrés e insatisfacción.
Del mismo modo no nos podemos sentir bien cuando descuidamos nuestra vida, ésta se vuelve desordenada y desatendemos a nuestra salud. Cuidar nuestra alimentación y peso, dormir bien y hacer ejercicio de forma regular son prácticas que incorporadas a nuestra rutina diaria nos cuidaran de nuestro cuerpo y nos harán sentirnos mucho mejor.
Sentirme bien lo provoca cuando uno actúa de forma ética y honesta de acuerdo a sus valores y principios, sentirme es bien es la satisfacción por haberme esforzado y dado lo mejor de mi mismo, no importando el resultado salvo para orientarte y continuar en la senda del aprendizaje.
Lo verdaderamente relevante es que a medio plazo, sólo si nos sentimos bien y cuidamos de nosotros mismos, seremos capaces de hacer sentirse bien a los demás, a los que nos rodean, a nuestros colegas, compañeros y nuestros seres queridos, de vivir con mas armonía con el mundo, transmitiendo e impregnando a todos ,nuestra alegría y confianza haciendo que nuestro trabajo sea mas gratificante, nuestro rendimiento aumente y las relaciones y vida en común fructifique. De lo contrario, iremos alimentando el rencor, la insatisfacción y nuestras frustracciones iran en aumento de manera que nuestra vida estará cargada de miedos, inseguridades y negatividad.
.Recuerda que el verdadero éxito no consiste en los logros, el poder y las cosas que eres capaz de obtener. El éxito no fluye de fuera hacia dentro, muy al contrario se manifiesta por la paz y el equilibrio interior que se consigue por medio de una vida plena.Sera nuestro equilibrio y sensación de plenitud la que nos abra al mundo, la que expanda nuestro propio amor a hacia las personas que nos rodean.
Es increíble lo bien que uno se siente cuando cree en lo que está haciendo y lo disfruta" (Adam J. Jackson)
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